Por última vez este invierno,
Tom Pidcock se lanza al cross este domingo en la Copa del Mundo UCI de Benidorm. Sin embargo, tras haberse perdido las últimas carreras por enfermedad, la sensación del INEOS Grenadiers es realista sobre sus posibilidades de victoria.
"He recuperado la salud y me siento en forma sobre la moto, que es en lo que me he centrado últimamente. La época navideña fue extraña. Después del campo de entrenamiento, estuve un poco enfermo, pero al final nunca me sentí como la mejor versión de mí mismo", dice Pidcock a In de Leiderstrui. "No estoy muy en forma, pero aun así quería correr aquí. El público de aquí es genial y tengo muchas ganas, aunque sólo he tocado la bici de cross una vez."
Aunque la campaña invernal de ciclocross de Pidcock ya había sido más corta de lo habitual, un ataque de enfermedad a mitad de temporada aseguró aún menos cruces para el británico. "Fue molesto tener que despedirme del campo antes, pero también me hubiera gustado cruzar más desde el frente", explica. "Pero, por otro lado, también me sentí aliviado: Estaba librando una batalla que no podía ganar. Entre las carreras, no podía dar ninguna potencia. Hicimos entrenamientos de ritmo en moto y normalmente iba a cincuenta o sesenta kilómetros por hora, pero ahora sólo podía ir a cuarenta. No estaba enfermo, sólo débil".
En sus siete participaciones de esta campaña (antes de Benidorm), Pidcock cuenta con una victoria en la Copa del Mundo de la UCI en Namur y otros tres podios. Lamentablemente para el corredor de 24 años, sin embargo, su viejo rival,
Mathieu van der Poel, ha sido totalmente dominante. "Mathieu van der Poel ha estado a otro nivel hasta ahora", admite Pidcock. "Es impresionante, no puedo decir mucho más de él".