La resaca de una Milán-San Remo 2025 totalmente histórica aún no se ha marchado. Mathieu van der Poel, Tadej Pogacar y Filippo Ganna dejaron una lucha para las páginas más memorables del ciclismo desde Cipressa hasta la meta, pasando por el Poggio.
UAE tenía el plan perfecto para que Pogacar pudiese ganar por primera vez un monumento que se le sigue resistiendo, y donde ha sido 3º en las últimas dos ediciones. Es probablemente la carrera que más humano le hace parecer.
El problema para el campeón del mundo es que sus rivales le tenían demasiado controlado. Su ataque en Cipressa estaba muy claro, y ni Alpecin-Deceuninck ni INEOS Grenadiers permitieron que se pudiese marchar en solitario.
En el Poggio, Van der Poel no dejó que Pogacar se marchase ni un metro en ninguno de los 5 ataques que el esloveno intentó. El control que tienen sus rivales sobre él en esta carrera es demasiado alto. Saben que es una clásica que obsesiona a la estrella de UAE. Por esa razón, Tadej Pogacar ya habría ganado la Milán-San Remo si no fuese Tadej Pogacar.
¿Qué significa esto? En estos últimos años, a Pogacar no le han dejado irse nunca porque se sabe a la perfección quién es y su manera de correr. Si, en cambio, hubiese sido un escalador más potente, aspirante casi exclusivamente a grandes vueltas, pero con capacidad de clasicómano, seguramente habría tenido mucha menos vigilancia de la que tiene, y se podría haber escapado en Cipressa, pero sobre todo en el Poggio.
Corredores como Mathieu van der Poel saben que si le dan más de 2 metros a Pogacar, el esloveno se marcha en solitario.
Para poner un ejemplo de lo mencionado, el Tour de Francia 2020 viene a la perfección. Pogacar formó parte de la alineación para la Grande Boucle, en principio para ser gregario de su líder, Fabio Aru. En la segunda semana sorprendió a los favoritos ganando dos etapas de montaña con las que se puso a un minuto del 1º, Primoz Roglic.
La contrarreloj en La Planche des Belles Filles fue historia del ciclismo. Pogacar, todavía lejos de los focos que posee actualmente, se puso líder de la general y terminó convirtiéndose en el segundo corredor más joven de todos los tiempos en ganar el Tour de Francia.
Ahí todavía no era una gran estrella, y se benefició de ello para hacerse con su primer título del Tour. Si las veces que ha corrido la Milán-San Remo para ganar las hubiese hecho sin su estatus actual, Pogacar ya habría ganado este monumento "maldito" para él.
A la conclusión final a la que se llega es que no hay nada que reprocharle nunca a Tadej Pogacar en la Milán-San Remo. El esloveno hace la actuación necesaria para ganar, pero por la falta de dureza en las subidas, sus rivales lo tienen mucho más fácil para evitar que se escape. Y, al final, en el esprint siempre termina llegando algún especialista más veloz que la estrella de UAE Team Emirates XRG.