A pocos días del inicio del Tour de Francia 2025, la
UCI ha conseguido inquietar tanto a ciclistas como a equipos y periodistas especializados. En una nota de prensa donde el ente rector del ciclismo busca resaltar los beneficios de sus políticas de seguridad, destaca la ausencia de autocrítica, algo que no pasó desapercibido entre figuras relevantes del pelotón.
Thijs Zonneveld expresó sin rodeos su malestar: "Una vez más, se pone el foco de la responsabilidad de la seguridad sobre los ciclistas. ¿Y ese otro 71%? ¿Dónde queda el papel y la obligación de los organizadores y del propio organismo rector?".
Richard Plugge, director general del equipo
Visma - Lease a Bike, reforzó estas inquietudes apoyándose en cifras extraídas del mismo comunicado de la UCI. "Lo diré de otra manera: el entorno de la carrera es la causa más frecuente —o el factor de mayor peso— en los incidentes, con un 71%, mientras que los errores cometidos por los corredores representan solo un 29%".
No hace falta remontarse demasiado para hallar ejemplos de carreras en las que la organización no garantizó condiciones seguras o diseñó recorridos que llevaban a los corredores al límite, tanto a ellos como a sus bicicletas.
Richard Plugge, director del Visma - Lease a Bike
Existen casos donde, aunque no hubo mayores consecuencias, sí se generó controversia, como el episodio de Alex Aranburu en la Itzulia, donde pasó de ganar a ser descalificado y finalmente recuperar la victoria. Pero también hubo situaciones más graves, como la caída de Mikel Landa durante la Grande Partenza del Giro de Italia en Albania, un incidente que podría haberse atenuado si se hubiera instalado una red de protección para esquiadores en ese tramo peligroso del descenso.