El ciclismo belga vuelve a vestirse de luto. Apenas nueve meses después de la desaparición de Rik Van Looy, el país debe despedirse de otra de sus grandes figuras:
Walter Godefroot, quien falleció a los 82 años. Godefroot fue, al mismo tiempo, un competidor feroz en la carretera y un estratega brillante fuera de ella, dejando una influencia que se extendió durante varias generaciones.
Primero brilló como corredor de clásicas con un palmarés de enorme peso y, más tarde, se consolidó como uno de los directores de equipo más exitosos y determinantes de la era moderna. Nacido el 2 de julio de 1943, comenzó a hacerse un nombre en el panorama internacional al colgarse la medalla de bronce en la prueba en ruta de los Juegos Olímpicos de Tokio 1964.
Su paso al profesionalismo llegó un año más tarde y no pudo tener un impacto más inmediato: conquistó el campeonato nacional belga, imponiéndose frente a Eddy Merckx, que por entonces era una joven promesa destinada a marcar época.
A partir de ahí, ambos protagonizaron una rivalidad silenciosa pero constante. Aunque Merckx eclipsaba casi todo en aquella época dorada, Godefroot supo construir una trayectoria propia y sobresaliente, cimentada en una mezcla de potencia física, astucia táctica y un carácter indomable en las carreras más exigentes.
En su palmarés figuran tres de los cinco Monumentos del ciclismo: la Lieja-Bastoña-Lieja de 1967, la París-Roubaix de 1969 y dos ediciones del Tour de Flandes, en 1968 y 1978, esta última conseguida con 35 años, lo que reflejaba su extraordinaria longevidad competitiva.
También sumó diez victorias de etapa en el Tour de Francia, se adjudicó el maillot verde de la clasificación por puntos en 1970 y triunfó en otras pruebas prestigiosas como la Gante-Wevelgem (1968) y la clásica Burdeos-París (1969 y 1976). Fue un ciclista completo: capaz de esprintar, de resistir en jornadas durísimas y, sobre todo, de ganar con frecuencia y determinación.
Arquitecto del dominio del Telekom
Tras retirarse en 1979, Godefroot se alejó momentáneamente del ciclismo, abriendo junto a su esposa una tienda de bicicletas en Deurle. Sin embargo, la atracción del deporte fue demasiado fuerte y regresó a través de la gestión de equipos. Sus primeros pasos los dio en Capri Sonne, donde coincidió y aprendió con un entonces joven Patrick Lefevere.
No obstante, su consagración como director llegó en el Team Telekom. Al asumir el mando en 1991, tomó las riendas de un conjunto alemán de perfil modesto y lo convirtió en una auténtica potencia internacional.
Bajo su dirección, el Telekom conquistó dos Tours de Francia: el de 1996 con Bjarne Riis y el de 1997 con Jan Ullrich, alcanzando un estatus de equipo dominante en la segunda mitad de la década de 1990 y los primeros años de los 2000.
Esa etapa de éxitos, sin embargo, también quedó marcada por la sombra del dopaje. Con el tiempo se supo que el equipo estuvo profundamente implicado en la era de la EPO. Mientras varios ciclistas acabaron confesando públicamente, Godefroot optó siempre por el silencio, guardando discreción incluso cuando se publicaron libros y se multiplicaron las revelaciones.
Aun así, el legado de Walter Godefroot permanece intacto: fue un corredor que se mantuvo firme en la época de Merckx, un estratega que supo levantar verdaderos imperios y, en definitiva, un hombre cuya vida se entrelazó con el ciclismo en todas sus facetas: apasionante, exigente, inflexible y, en ocasiones, controvertido.
Walter Godefroot – Principales hitos de su carrera
Como corredor:
- Tour de Flandes: 2 veces (1968, 1978)
- París-Roubaix: 1 vez (1969)
- Lieja-Bastoña-Lieja: 1 vez (1967)
- Gante-Wevelgem: 1 vez (1968)
- Tour de Francia: 10 victorias de etapa y ganador de la clasificación por puntos (1970)
- Vuelta a España: 2 victorias de etapa
- Giro de Italia: 1 victoria de etapa
- Campeón nacional de Bélgica: 2 veces (1965, 1972)
Como director deportivo:
- Tour de Francia: 1996 (Bjarne Riis), 1997 (Jan Ullrich)
- Vuelta a España: 1999 (Ullrich), 2006 (Vinokourov)
- Monumentos: