Enric Mas volvió a no rendir en una contrarreloj de una gran vuelta. Su desempeño en los 33 kilómetros de la quinta etapa del
Tour de Francia fue realmente pobre, finalizando a casi 3 minutos del ganador Remco Evenepoel y, entre otras cosas, siendo doblado por Kévin Vauquelin.
Fue decepcionante verle otra vez suspender en otro examen contra el crono. Aprobó el primero de su vida en la Vuelta a España 2018, cuando sorprendió a todos en Torrelavega finalizando sexto con los colores de Quick-Step y acabó consiguiendo su primer podium en la Vuelta a España.
Desde entonces, nada de nada. Y ayer fue realmente duro. Hasta ahora, el mallorquín parecía esconderse en la mediocridad de
Movistar Team en la especialidad para limitar el daño de lo sucedido posteriormente con declaraciones del tipo "esperábamos más", "vamos a analizar lo que ha pasado" o "lo hemos dado todo" que también hizo ayer.
La cosa es que ayer dos compañeros suyos finalizaron en el top 10 de la etapa:
Iván Romeo acabó séptimo y
Pablo Castrillo 13º. Del vallisoletano, campeón del mundo sub 23, se esperaba su gran rendimiento, no así del ex del Kern Pharma, que demostró ayer tener unos vatios que trabajados de la manera adecuada puede dar muchos frutos.
Por eso tras lo de ayer los telefónicos deberían darle libertad absoluta a Romeo y Castrillo en lo que queda de Tour. Que luchen por etapas. Que luchen por ilusión. Que no luchen por favor por ayudar a un Enric que, por otro lado, no va a necesitar más allá de a Iván García Cortina (gran inicio de Tour el suyo) y Nelson Oliveira ayudándole en las etapas llanas y de media montaña.
Cuando la cosa se ponga para arriba debería poder tener cerca a Einer Rubio. Pero el plan para que Enric acabe lo más alto en la general del Tour de Francia 2025 no debería pasar por tener como gregarios a Romeo y Castrillo, que en la crono demostraron ir como un tiro y, pese a que es una Grande Boucle en la que ganar etapas va a ser harto complicado porque Pogacar y Vingegaard parece que se van a dar palos en casi todas las jornadas, que no quede por no intentarlo.
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La general del Tour
Enric Mas afrontó la crono a menos de un minuto del liderato de la prueba en una preciosa sexta posición. Tras la misma, es 13º, siendo de largo el hombre que más posiciones perdió del top 10 (hasta 7). Está a 3:29 de Tadej Pogacar, que es lo de menos, pero está a más de 2 minutos de Matteo Jorgenson, que ocupa la quinta plaza que él mismo se puso como objetivo real (está a algo más de un podium que él mismo no descartó).
Está a casi un minuto de la décima plaza que ocupa un ciclista muy explosivo como Mattias Skjelmose. Tiene por delante a hombes como Joao Almeida, Primoz Roglic, Florian Lipowtiz o Oscar Onley. No decimos que sea imposible, pero no se le ha puesto fácil el Tour al bueno de Enric, que con un minuto menos en la crono estaría en una posición ideal. Ahora no lo está.
Romeo y Carrillo
Con respecto a Romeo y Castrillo, ambos están muy lejos en la general tras dejarse llevar en las primeras etapas. Ambos han demostrado tener vatios. Romeo en particular viene de ganar etapa en Dauphiné en una fuga con Mathieu van der Poel y un durísimo campeonato de España. Eso, unido a lo demostrado en la crono, le hace merecerse luchar por etapas. Movistar debe confiar en él.
Pablo Castrillo, por su parte, está en plena adaptación al WorldTour. Tras sus 2 etapas en la Vuelta a España la transición a un equipo de Primera no es fácil y jugar al piano de la general lo es aún menos. Ha sido séptimo en UAE Tour, 11º en París-Niza y noveno en la Vuelta a Suiza. Como decimos, en el Tour se ha despedido de la general y visto lo que hizo en la Vuelta unido a la experiencia de estos meses y a la fuerza demostrada ayer en la crono acabando en el top 10 por delante de Vingegaard también parece que sería lógico que pudiera luchar por etapas.