ANÁLISIS | Las 6 mejores ediciones de la historia de la París-Roubaix

Ciclismo
sábado, 12 abril 2025 en 21:30
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Mientras el mundo del ciclismo se alista para una nueva edición de la París-Roubaix 2025, es imposible no mirar atrás y recordar por qué esta carrera sigue siendo el corazón palpitante de la temporada clásica. Más allá de las grandes vueltas, Roubaix es mito, lucha y resistencia. Quizá porque —a diferencia de los corredores— los aficionados no tienen que enfrentarse a los despiadados adoquines del norte de Francia…

Conocida como el Infierno del Norte, esta carrera de un solo día ha forjado leyendas en medio del barro, el viento y la tragedia. Aquí repasamos seis ediciones inolvidables que encapsulan su espíritu y nos preparan para el caos y la gloria que podría desatarse este domingo.

1968 – Merckx empieza su reinado

Con apenas 22 años, Eddy Merckx ganó por primera vez en Roubaix y anunció al mundo que sería algo más que una promesa. Bajo condiciones infernales y múltiples pinchazos entre los favoritos, el joven belga, corriendo para Faema, mostró una resistencia sobrehumana para batir a Herman Van Springel en el velódromo.

Fue la primera de sus tres victorias en Roubaix… y el mismo año en que conquistó su primer Giro de Italia. Un precedente perfecto para preguntarnos: ¿veremos este año a otro campeón de grandes vueltas firmar su primer triunfo en el Infierno del Norte?

1985 – Madiot sobrevive al barro

Marc Madiot no sólo ganó en 1985. Sobrevivió. Aquella edición fue una de las más épicas de la historia: lluvia torrencial, barro en cada rincón y caídas por doquier. Madiot se escapó con furia a falta de 30 km, atravesando el Bosque de Arenberg como un guerrero entre la niebla, mientras los mecánicos lidiaban con bicicletas cubiertas de lodo.

Ganó en solitario, por delante de su compatriota Bruno Wojtinek y del legendario Sean Kelly. Aquella Roubaix no fue sólo una carrera: fue una batalla campal.

1994 – Tchmil, la sorpresa más audaz

Andrei Tchmil rompió todos los pronósticos en 1994. Conocido por su fuerza, pero no por ser favorito, atacó a 60 km de meta en lo que parecía una locura táctica. Pero mientras los grandes se vigilaban entre ellos, el moldavo se mantuvo firme, inmune al caos y al desgaste, y entró en solitario al velódromo, exhausto pero triunfante.

Fue una de las victorias más valientes y una lección de que, en Roubaix, a veces gana quien más cree.

2001 – Knaven y la obra maestra del equipo

La edición de 2001 fue dominada con precisión quirúrgica por el Domo-Farm Frites. Servais Knaven, sin ser la estrella del equipo, jugó a la perfección su carta desde la escapada, mientras sus compañeros Museeuw y Vainšteins neutralizaban toda persecución.

Knaven entró solo al velódromo, coronando una de las actuaciones tácticas más impecables jamás vistas en esta carrera. Ese año no ganó el barro ni el caos: ganó la estrategia.

2016 – Hayman, el milagro australiano

Mathew Hayman ni siquiera debía estar en la salida. Se había fracturado el brazo semanas antes, pero entrenó en Zwift y llegó a tiempo. A los 37 años, tras múltiples Roubaix sin gloria, se metió en la escapada y resistió a los ataques de titanes como Tom Boonen y Sep Vanmarcke.

En el velódromo, superó a Boonen en el sprint y estalló en lágrimas. Su triunfo es el ejemplo perfecto de que Roubaix también pertenece a los que nunca dejan de creer. “No puedo creerlo… es un sueño”, dijo. Y el velódromo entero soñó con él.

2021 – Colbrelli, barro y redención

La edición de 2021 ya era histórica antes de comenzar: 903 días sin Roubaix debido al COVID. Y cuando regresó, lo hizo como nunca: lluvia, barro, accidentes y un caos épico.

Sonny Colbrelli, que debutaba en la carrera, mantuvo la cabeza fría y supo sobrevivir a una jornada brutal. En el sprint final, venció a Mathieu van der Poel y Florian Vermeersch, cayendo al suelo cubierto de lágrimas y barro. Fue su consagración… y, trágicamente, su canto del cisne: meses después, problemas cardíacos pondrían fin a su carrera.

Rumbo a 2025… ¿Quién escribirá la próxima historia?

Mathieu van der Poel, tercero aquel día de 2021, llega como bicampeón defensor. Pero el destino en Roubaix rara vez respeta jerarquías. ¿Será su día de gloria otra vez? ¿O será Tadej Pogacar, Wout van Aert o una nueva sorpresa quien se corone entre el polvo y la épica?

Roubaix no perdona. Pero también redime y consagra. Y este domingo, una nueva historia se sumará a este libro de leyendas.

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