A sus 32 años, el ciclista belga Tim Merlier está disfrutando de un inicio de temporada sobresaliente, consolidándose como el corredor más en forma del momento. Sus actuaciones en este arranque de 2025 han sido excepcionales, recordándole al mundo su velocidad y reafirmando su estatus entre los mejores velocistas del ciclismo profesional.
Pero, ¿qué significa este gran estado de forma para él, su equipo y sus rivales en el sprint? Analicémoslo en detalle.
Artículo original de Fin Major.
Merlier arrancó la temporada con una actuación dominante en el AlUla Tour a finales de enero, donde se adjudicó dos victorias de etapa. Estos triunfos no solo confirmaron su gran inicio, sino que también marcaron el tono de lo que, hasta ahora, ha sido una campaña extraordinaria.
Incluso en enero, su nivel ya era altísimo: en los sprints, sus rivales simplemente no tenían respuesta. Y desde entonces, su rendimiento no ha hecho más que mejorar.
Aprovechando su éxito inicial, Merlier prolongó su racha ganadora en el UAE Tour de febrero, donde sumó otras dos victorias de etapa en un pelotón repleto de estrellas. Sus sprints fueron espectaculares, superando a ciclistas como Jasper Philipsen y Biniam Girmay.
Estos triunfos no solo engrosaron su ya extenso palmarés, sino que también destacaron su regularidad y su capacidad para competir contra los mejores, muchos de ellos bastante más jóvenes.
Su impulso se trasladó a la París-Niza de este fin de semana, donde sorprendió al imponerse en las dos primeras etapas al sprint, dejando claro que es, probablemente, el ciclista más rápido del pelotón. Con estos resultados, ha elevado su cuenta de victorias a 56, confirmando que a sus 32 años está atravesando el mejor momento de su carrera.
Este gran estado de forma no solo le ha valido reconocimiento individual, sino que también ha puesto a su equipo, el Soudal-Quick-Step, en el centro de la atención mediática.
El brillante rendimiento de Merlier ha llevado al Soudal-Quick-Step a incluirlo en su alineación provisional para el Tour de Francia 2025, lo que supondrá su regreso a la carrera tras cuatro años de ausencia.
Su inclusión en el equipo, junto con Remco Evenepoel, el aspirante a la clasificación general (CG), plantea tanto oportunidades como desafíos.
Integrar a un velocista de élite en un equipo con ambiciones en la CG requiere una planificación táctica minuciosa. Tradicionalmente, los equipos enfocan sus alineaciones del Tour en las etapas al sprint o en la lucha por la general, pero rara vez en ambas, ya que las necesidades de un velocista y las de un aspirante al título son muy distintas.
No obstante, el Soudal-Quick-Step confía en su capacidad para equilibrar ambos objetivos. Y no es para menos, ya que cuenta tanto con uno de los mejores escaladores del mundo como con uno de los mejores velocistas del momento.
El equipo cree que la presencia de Merlier podría incluso beneficiar a Evenepoel en las primeras etapas, donde los sprints suelen ser caóticos. Según el director deportivo Tom Steels, la decisión de incluir al belga ya estaba contemplada antes de la caída de Evenepoel en diciembre, lo que demuestra que la estrategia estaba bien pensada desde el inicio.
Evenepoel, quien el año pasado terminó tercero en la general y se llevó el maillot blanco en su debut en el Tour, ha respaldado la inclusión de Merlier. Reconoce que es uno de los velocistas más rápidos del pelotón y ve su participación como un valor añadido para el equipo.
El belga señaló que, en las etapas al sprint, ciclistas como Merlier y su lanzador Bert Van Lerberghe pueden protegerlo en las primeras fases de carrera antes de enfocarse en su propio objetivo. Este planteamiento permitiría al equipo perseguir múltiples metas sin comprometer las aspiraciones de Evenepoel en la lucha contra Pogacar y Vingegaard.
Si bien la posibilidad de luchar tanto por etapas al sprint como por la general resulta emocionante, también supone un reto.
Apoyar a un velocista requiere un equipo especializado en controlar la carrera, colocar al sprinter en la mejor posición y neutralizar escapadas en las etapas llanas. En cambio, respaldar a un aspirante a la general demanda escaladores y ciclistas polivalentes que puedan proteger al líder en distintos terrenos, especialmente en la montaña.
Con un equipo de solo ocho corredores en el Tour, lograr este equilibrio exige una planificación meticulosa. El Soudal-Quick-Step deberá contar con gregarios capaces de desempeñar ambos roles, adaptándose según la evolución de la carrera. Esta estrategia de doble enfoque es poco común, ya que los equipos suelen priorizar un solo objetivo y simplemente tratar de sobrevivir en las etapas que no les favorecen.
Si la apuesta del Soudal-Quick-Step funciona, el equipo podría convertirse en una de las grandes sensaciones del Tour de Francia en julio.
En su camino hacia el Tour, Merlier deberá medirse con una de las generaciones de velocistas más fuertes de los últimos años.
Entre sus principales rivales destaca Biniam Girmay, vigente campeón del maillot verde, quien hizo historia en 2024 al convertirse en el primer ciclista africano de raza negra en ganar una etapa del Tour. Su constancia y habilidad para manejar finales caóticos lo convierten en un adversario formidable.
Otro contendiente clave es Jasper Philipsen, ganador de cuatro etapas y del maillot verde en el Tour 2023. A pesar de las dificultades que ha enfrentado en 2024, su sociedad con Mathieu van der Poel sigue siendo una gran ventaja, ya que el neerlandés es no solo uno de los mejores clasicómanos del mundo, sino también el mejor lanzador del pelotón.
Por último, Jonathan Milan, de 24 años, podría ser la mayor amenaza para todos. El italiano debutará en el Tour este año, pero su doble conquista del maillot de puntos en el Giro de Italia lo posiciona como uno de los velocistas más rápidos del momento.
Tim Merlier ha comenzado 2025 en un estado de forma espectacular y su regreso al Tour de Francia promete añadir un nuevo nivel de emoción a la carrera. Con su equipo apostando tanto por las etapas al sprint como por la clasificación general, la gran incógnita es si lograrán equilibrar ambas ambiciones.