El
Giro de Italia 2025 se disputará del 9 de mayo al 1 de junio. Será, como viene siendo normal, la primera gran vuelta de la temporada. Sin embargo, en esta ocasión ha sido la última que anuncia sus
perfiles y recorrido.
Primoz Roglic y
Juan Ayuso son los grandísimos favoritos para ganar una edición más que complicada de la Corsa Rosa.
Pese a las dificultades políticas, la Grande Partenza tendrá lugar en Albania, donde tendrán lugar las 3 primeras etapas. El Giro de Italia tendrá una primera semana muy interesante, abierta. No pisan Albania en balde (crono, media montaña), luego etapón larguísimo hasta Nápoles, primera etapa de montaña (la séptima) y mini Strade Bianche con precioso final en Siena.
Tras la segunda jornada de descanso llega la segunda crono en Pisa. La alta montaña llegará en unas últimas etapas durísimas con Brentonico, Bormio o Sestriere. El final, paseo por Roma para los sprinters.
52.500 metros de desnivel positivo, 38 km de grave, 43 km de crono y la Cima Coppa le Colle delle Finestre.
Etapas Giro de Italia 2025
Etapa 1
9 de mayo - 164 km - Durazzo – Tirana
La primera etapa de la carrera se disputará entre Durazzo y Tirana. Habrá tres ascensos categorizados: uno largo en el tramo central de la jornada y dos subidas al puerto de Surrel. A partir de allí, se afrontará un descenso hasta la meta, en un día que podría brindar oportunidades a diferentes tipos de corredores.
La distancia no es muy larga y la primera mitad de la etapa es completamente llana. Sin embargo, no será una jornada propicia para una llegada masiva, y podría resultar más exigente que la mayoría de etapas iniciales en las grandes vueltas. El ascenso a Gracen, de 12,9 kilómetros al 5,9%, abrirá la acción y coronará cuando resten 79 kilómetros. Es poco probable que este puerto se suba a un ritmo elevado, ya que las mayores exigencias estarán reservadas para la subida final, que se afrontará en dos ocasiones.
Se trata del ascenso a Surrel, de 6,9 kilómetros al 4,6%. Es una subida comparable a la Cipressa, tanto en distancia como en pendiente, aunque algo más dura y con una rampa del 13% que puede servir de auténtica plataforma de ataque. No es una subida donde los escaladores puros puedan marcar diferencias claras, y es probable que un grupo numeroso corone el último paso por la cima, a 11 kilómetros de la meta.
Pero esto no significa que la victoria se decida al esprint. Sí lo será probablemente para los primeros puestos, pero el descenso es técnico y los últimos kilómetros son en su mayoría en bajada hasta la línea de meta. Por ello, cualquier ataque o corredor que logre abrir un hueco podría llevarse un triunfo de gran prestigio.
Etapa 2
10 de mayo - 13,7 km - Tirana – Tirana (contrarreloj)
La segunda jornada de la carrera será una contrarreloj individual y promete ser interesante. Serán 13,7 kilómetros de recorrido, que no será completamente llano, ya que en la ciudad de Tirana los corredores deberán afrontar una subida explosiva a mitad de trazado.
La corta distancia hará que cada segundo cuente en la lucha por la victoria de etapa, y en la capital albanesa se tomarán riesgos con tal de conquistar el triunfo o incluso el maillot rosa. No será un esfuerzo exclusivo en terreno plano, ya que los ciclistas ascenderán una pequeña colina donde se ubicará el punto intermedio, tras 8,1 kilómetros. Esa subida tiene 1,5 kilómetros al 4,9%, tras la cual se descenderá por la misma carretera a gran velocidad.
Los tramos llanos incluirán algunas curvas técnicas, donde también se podrían marcar diferencias.
Etapa 3
11 de mayo - 160 km - Valona – Valona
La tercera etapa se presenta como otra jornada muy abierta. La primera mitad no es especialmente exigente, pero en la segunda parte aparecen ascensos duros que podrían provocar movimientos entre los favoritos a la general, batallas entre fugas, ataques de corredores imprevisibles o incluso intentos de los equipos de velocistas por mantener controlado el pelotón.
Serán 160 kilómetros con salida y llegada en la ciudad de Vlorë (o Valona, como la llaman los italianos). En la primera parte del día habrá una subida de 2,2 kilómetros con una pendiente cercana al 10%, que en ese punto servirá más para acumular fatiga que para marcar diferencias. Aun así, algunos equipos podrían intentar endurecer la carrera en los puertos con la intención de dejar fuera de combate a varios sprinters. Sin embargo, esta vez hay un ascenso más exigente que podría marcar diferencias reales.
Se trata de una subida de 5,1 kilómetros al 6,8%, ubicada a 65 kilómetros de la meta, y a partir de allí el terreno será quebrado hasta llegar a la base del puerto de Qafa e Llogarasë, de 10,6 kilómetros al 7,3%. No es una ascensión brutal, pero sí lo bastante exigente como para que, si alguien decide atacar con decisión, pueda abrir huecos importantes, especialmente con las diferencias generadas en la contrarreloj del día anterior. La cima se coronará a 38 kilómetros de la llegada, seguida por un descenso que hará perder 1.000 metros de altitud.
Los últimos 17 kilómetros son completamente llanos. Es probable que los corredores que hayan sobrevivido a la montaña se jueguen la victoria al esprint, ya que la carretera es sencilla y permite organizar una buena persecución. No obstante, también puede ser una etapa táctica, con una lucha interesante entre favoritos a la general, escaladores y corredores con perfil de clásicas.
Lunes 12 de mayo (descanso y traslado a Italia)
Etapa 4
13 de mayo - 187 km - Alberobello (Pietramadre) – Lecce
La carrera llega a Italia a través de Alberobello con la primera jornada puramente destinada a los sprinters. No hay grandes dificultades camino de Lecce, y sin duda los velocistas serán los grandes protagonistas del día. Apenas habrá 730 metros de desnivel acumulado, con un solo puerto categorizado, y un recorrido mayoritariamente llano de principio a fin.
El pelotón se dirigirá hacia el sureste, en dirección al "tacón de la bota" italiana desde el punto de vista geográfico, y la llegada tendrá lugar en la ciudad de Lecce, donde se completarán dos vueltas a un circuito urbano. El final será muy rápido, pero también técnico.
En el último kilómetro, habrá dos curvas cerradas a la derecha que requerirán atención, y la lucha por la colocación será intensa, con el pelotón estirado al máximo. Luego, en los últimos cientos de metros, habrá una curva pronunciada a la izquierda que desembocará en una recta final larga, ideal para un sprint lanzado.
Etapa 5
14 de mayo - 144 km - Ceglie Messapica – Matera
Una etapa corta con un final muy interesante, en la que, fiel al estilo del Giro, la organización deja espacio para múltiples desenlaces. La llegada a Matera será en ligera subida y vendrá precedida de varios repechos. Podría resolverse con un sprint reducido o con el éxito de un ataque tardío, mientras el pelotón avanza hacia el noroeste y se adentra nuevamente en el centro de Italia.
La mayor parte del recorrido será relativamente tranquila, una jornada de transición con solo 151 kilómetros, aunque el tramo final será bastante explosivo. Todo comenzará con la subida a Montescaglioso, de 2,9 kilómetros al 8,3%, cuyo final está a 28 kilómetros de la meta. Será el ascenso más exigente del día, y donde algunos equipos podrían imponer ritmo para eliminar a los velocistas puros.
Estos podrían sufrir más adelante, aunque el terreno ya no presentará pendientes tan duras. El final en Matera, como es habitual, será quebrado, con varios ascensos encadenados. Uno de ellos, de 5,6 kilómetros al 4,6% a 12 kilómetros de la llegada, podría empezar a hacer daño. Luego los corredores descenderán y volverán a subir por carreteras irregulares y explosivas.
Un repecho corto terminará a 4,2 kilómetros de meta, y más adelante, a 1,9 del final, concluirá una rampa de 700 metros al 8%, con máximas del 10%, donde podrían producirse ataques peligrosos. Será el último gran esfuerzo, capaz de poner en aprietos a muchos. El cierre será técnico: tras un pequeño descenso, los últimos 1,2 kilómetros volverán a picar hacia arriba, ya dentro de la ciudad. Al final, se espera un sprint en ligera subida, donde los sprinters que hayan sobrevivido tendrán sin duda la ventaja.
Etapa 6
15 de mayo - 210 km - Potenza – Nápoles
La sexta etapa finalizará en Nápoles, repitiendo el éxito de los últimos años. Sin embargo, tras varias jornadas quebradas, en esta ocasión el enfoque será más llano. Será una etapa larga, con un total de 227 kilómetros, aunque los velocistas no encontrarán dificultades significativas en los kilómetros finales que les impidan luchar por la victoria.
Ahora bien, eso no garantiza que se produzca un sprint. Habrá 2.500 metros de desnivel acumulado, todos concentrados en los dos tercios finales del recorrido, y la propia longitud de la etapa supondrá un desgaste considerable para algunos corredores. En total, se destacan cuatro ascensos relevantes: uno de 5 kilómetros al 4% al inicio, otro de 20 kilómetros, y dos más que concluyen cuando restan 82 kilómetros a meta. La fatiga jugará un papel importante en el desenlace, aunque lo más probable es que se resuelva en una llegada masiva.
Será un final tradicional en un lugar ya conocido, por lo que no representará una sorpresa para quienes frecuentan la carrera. En los últimos kilómetros hay algunas zonas nerviosas, pero los últimos 1.200 metros discurren en línea recta junto al mar, lo que permitirá recuperar posiciones y lanzar un sprint de manual.
Etapa 7
16 de mayo - 168 km - Castel di Sangro – Tagliacozzo
La séptima etapa presentará la primera llegada en alto de la carrera. En los Apeninos, los corredores comenzarán la jornada subiendo de inmediato. No será un día brutal, pero sí importante para medir las fuerzas de los aspirantes al maillot rosa. La etapa arranca con una subida de 7,8 kilómetros al 5,8%, lo que garantizará la formación de una fuga potente.
Será una jornada típica de esta zona del país, con terreno ondulado y muy pocas zonas realmente llanas. A 98 kilómetros de la meta, los ciclistas afrontarán una dura ascensión de 4,6 kilómetros al 9,2%, que se hará notar más adelante. Es poco probable que se imponga un ritmo altísimo en ese punto, pero el pelotón empezará a perder unidades. Poco después, se encadenará un tramo de 14 kilómetros de subida al 5% de media (con un pequeño descenso intermedio), tras el cual los corredores tendrán un breve respiro antes de afrontar la subida final, donde los favoritos a la general deberán darlo todo.
La última ascensión será a Tagliacozzo, con algo más de 12 kilómetros al 5,5%, aunque los últimos 2 kilómetros se empinan hasta alcanzar una media del 10%, lo que los convierte en un tramo muy exigente. Quienes no estén en buena forma corren el riesgo de perder tiempo importante y de afrontar las jornadas clave siguientes con una presión añadida.
Etapa 8
17 de mayo - 197 km - Giulianova – Castelraimondo
La octava etapa será todo un clásico del Giro, con numerosas subidas de diferentes longitudes y pendientes. Es una jornada ideal para las fugas, pero en la que también puede pasar de todo. Habrá ascensiones exigentes a lo largo del día, aunque queda la duda de si los favoritos a la general se atreverán a mover ficha justo antes de una de las etapas clave de la carrera.
Será una de esas jornadas duras y típicas del Giro, con 3.700 metros de desnivel acumulado repartidos de principio a fin, y casi 200 kilómetros de recorrido que supondrán también un desafío de resistencia. Escaladores y clasicómanos tendrán una buena oportunidad desde la escapada, mientras que en el pelotón será difícil pensar que alguien quiera o pueda controlar una etapa tan compleja. La mayoría optará por proteger sus opciones en la general, guardar energías para la jornada de sterrato o, tal vez, lanzar algún ataque en los repechos finales.
Habrá que prestar atención a la subida a Sassotetto, un puerto de 13 kilómetros con pendientes superiores al 7%, que se corona cuando aún faltan 91 kilómetros para la meta. Más adelante aparece otro ascenso de 5,5 kilómetros al 6,9%, cuyo final está a 45 de meta. Ya en la parte final del recorrido, se encadenarán dos subidas cortas pero explosivas antes del descenso hacia Castelraimondo.
La primera será de 1,4 kilómetros al 7,3%, coronándose a 20 kilómetros de la meta, e incluirá un sprint intermedio. La segunda se divide en dos partes, destacando un tramo final de 600 metros al 8% que termina a solo 6,5 kilómetros del final, lo que podría animar a algunos ataques. El descenso se prolongará casi hasta la línea de meta, dejando margen para abrir pequeñas diferencias.
Etapa 9
18 de mayo - 181 km - Gubbio – Siena
La novena etapa será uno de los momentos clave de la carrera, ya que los corredores se enfrentarán a una especie de "mini Strade Bianche". Será un día en el que la clasificación general se pondrá a prueba en un terreno poco habitual para los favoritos: caminos de grava donde las caídas, los cortes y la táctica suelen jugar un papel decisivo. Habrá subidas exigentes y una presión constante, por lo que se espera que los aspirantes al maillot rosa estén bien posicionados en todo momento. Al mismo tiempo, muchos corredores buscarán una victoria de etapa de gran prestigio.
Los ciclistas afrontarán decenas de kilómetros de sterrato —30 en total—, numerosas subidas cortas y explosivas, y concluirán la jornada en la ciudad de Siena, que también alberga el final de Strade Bianche, incluyendo la emblemática subida de la Via Santa Caterina.
No será exactamente el mismo recorrido que se disputa en marzo, pero sí lo suficientemente duro como para generar el caos y el desgaste esperados. Desde el kilómetro 68 hasta el 34 para la meta, se vivirá una auténtica batalla a ritmo altísimo, dentro, entre y alrededor de los sectores de grava, que además de estrechos y técnicos, incluyen varias subidas y bajadas constantes. El último sector termina con una subida de 1 kilómetro al 7%.
Aquí la carrera puede romperse por completo. A partir de ahí, la lucha por la victoria de etapa continúa, y las diferencias pueden ampliarse no solo por el caos, sino también por ataques directos, especialmente con la subida a Colle Pinzuto, a 14 kilómetros del final: 450 metros al 12% que culminan justo al finalizar un tramo de sterrato. Después, los corredores recorrerán una zona de repechos antes de llegar al conocido final en Siena.
Efectivamente, la Piazza del Campo será el escenario de llegada, un lugar icónico y todo un privilegio. La subida final por la Via Santa Caterina no necesita presentación: se afrontará dentro del último kilómetro, con rampas del 16% que ofrecerán un cierre espectacular para la primera semana del Giro.
Lunes 19 de mayo - Segundo día de descanso
Etapa 10
20 de mayo - 28,6 km - Lucca – Pisa (contrarreloj)
La segunda y última contrarreloj de la carrera será de longitud moderada. Aunque se desarrollará en terreno llano, los organizadores del Giro no han diseñado una jornada tradicional contra el crono. Los 28 kilómetros serán suficientes para marcar algunas diferencias, aunque entre los favoritos lo más probable es que los tiempos sean bastante similares.
No hay demasiado que analizar, ya que el recorrido es prácticamente llano de principio a fin. Justo antes del segundo punto intermedio hay un descenso técnico con algunas curvas cerradas que exigirá precaución, pero mientras los corredores mantengan el control en ese tramo, el resto del camino hacia Pisa —con su emblemática torre inclinada— será tranquilo y rápido.
Etapa 11
21 de mayo - 185 km - Viareggio – Castelnovo ne’ Monti
La etapa 11 será muy complicada, adecuada para los hombres de la general, pero todo dependerá de su mentalidad. Justo después de la contrarreloj, podrían tomarse riesgos en este recorrido. Con 3.800 metros de desnivel acumulado, será otra jornada montañosa llena de trampas, que podría volverse aún más exigente si las condiciones son las adecuadas.
La etapa incluye un ascenso brutal al principio: el San Pellegrino in Alpe, que supera los 14 kilómetros al 8%, uno de los más duros de la carrera. Sin embargo, si no se decide atacar, lo más probable es que sea un día para la fuga, con los corredores de la general vigilándose mutuamente en el complicado final hacia Castelnuovo Ne Monti.
Las subidas de 11 kilómetros al 4,9% (a 39 kilómetros de meta), 1,4 kilómetros al 5% (a 30 kilómetros) y 3 kilómetros al 5% (a 24 kilómetros) seguirán poniendo a prueba a los ciclistas, potenciando la lucha por la victoria de etapa si es en la fuga. Si es en el pelotón, serán más kilómetros de desgaste previo a la última ascensión.
No es una subida extremadamente difícil, pero al final de un día tan duro, no será tan fácil como parece. Serán 5,8 kilómetros al 5,8% para luego afrontar un tramo final con algunos kilómetros en descenso técnico. Sin embargo, la última rampa antes de la meta podría dar lugar a un sprint emocionante.
Etapa 12
22 de mayo - 172 km - Módena – Viadana
Los sprinters podrían tener su oportunidad nuevamente en el día 12 de la carrera. Desde Módena hasta Viadana no hay muchos obstáculos, por lo que debería ser una jornada importante en la lucha por la Maglia Ciclamino.
Aunque hay algunas subidas, no se trata de un día completamente llano como los que los velocistas esperan. Sin embargo, en general, están lejos de la meta y las pendientes no son lo suficientemente pronunciadas como para causar daños significativos. La última hora de carrera será bastante rápida y sencilla hacia Viadana, aunque los organizadores han incluido una curva complicada a solo 350 metros de la meta, lo que podría marcar la diferencia en el sprint final.
Etapa 13
23 de mayo - 180 km - Rovigo – Vicenza
Los corredores regresan al famoso Monte Berico en la etapa 13. Será una jornada para los especialistas de las clásicas, mientras que los hombres de la general deberán estar muy atentos a su entorno. No hay grandes ascensos en el día, pero sí mucha tensión en el final, con la corta y empinada subida final que podría generar algunos huecos.
Mayormente llana, pero cuando hay subida, es muy pronunciada. Será un día para los puncheurs, probablemente con una fuga, pero la última subida es lo suficientemente empinada como para que, sin duda, veamos acción en la general. Habrá algunas subidas antes de llegar a Vicenza, pero entre ellas las carreteras son completamente planas y muy rápidas, lo que permitirá a los ciclistas ahorrar fuerzas para el final.
Los corredores subirán el Monte Berico por primera vez cuando resten 21 kilómetros, luego la ascensión de 1,8 kilómetros al 6,6% de Arcugnano, con 11 kilómetros por recorrer... Y, finalmente, el ascenso a la hermosa cima del Monte Berico, justo por encima de la ciudad. La subida tiene 800 metros al 8%, un esfuerzo completamente anaeróbico que será algo diferente a los de los días anteriores.
Etapa 14
24 de mayo - 186 km - Treviso – Nova Gorica
La carrera cruza nuevamente la frontera, pero curiosamente con una jornada que debería ser favorable para los sprinters. No hay ascensos importantes al partir desde Treviso, aunque los corredores subirán ligeramente hacia la frontera con Eslovenia. Lo más probable es que veamos un sprint masivo en Nova Gorica más adelante.
El pelotón se dirige hacia el este, mayormente por carreteras planas, pero hay un par de subidas en los últimos kilómetros que harán la etapa un poco más interesante. Habrá una subida de 700 metros al 7% que se recorrerá en ambas vueltas del circuito final en la ciudad fronteriza, y esto ocurrirá a 8 kilómetros de la meta en ambas ocasiones. La colocación será clave, la tensión será alta, y podríamos ver ataques para intentar alterar el orden natural de la etapa.
Aunque veamos un sprint masivo, podría ser bastante caótico debido al trazado del circuito. Los últimos kilómetros son bastante técnicos y no será fácil organizar una persecución, por lo que junto a la estación de tren de Nova Gorica podríamos presenciar varios escenarios posibles.
Etapa 15
25 de mayo - 214 km - Fiume Veneto – Asiago
Los aficionados al Giro recordarán este final, que acogió la última jornada de montaña del Giro de Italia de 2017. Una combinación exitosa en ese día, y los organizadores esperan ver una acción similar en el último día de la segunda semana, con el temido Monte Grappa y el ascenso a Dori, antes de un final ondulado en Asiago.
Con 219 kilómetros en el menú, la resistencia se convertirá nuevamente en un factor clave, algo que los organizadores del Tour de Francia no suelen tener tan en cuenta. El Giro ofrece muchos de estos desafíos, lo que puede hacer que las etapas de montaña sean más interesantes y tengan giros inesperados. Al principio del día, los corredores se enfrentarán al famoso Muro di Ca' del Poggio, extremadamente empinado, pero será temprano en la etapa y no servirá como plataforma para lanzar ataques.
Sin embargo, más adelante, las subidas se harán mucho más largas. No por su lado más difícil, pero los corredores se enfrentarán al Monte Grappa, una subida de 25 kilómetros al 5,7%, que llevará alrededor de una hora y, sinceramente, presenta pendientes lo suficientemente duras como para lanzar ataques serios. Es el último día de la segunda semana, ¿alguien intentará algo? Posiblemente, pero es poco probable, ya que la subida termina a 91 kilómetros de la meta.
El descenso será largo, empinado y técnico, y luego habrá algunas carreteras onduladas hasta el último ascenso a Dori. 16,6 kilómetros al 5,3% presentan un desafío diferente al de otras subidas; es una ascensión de plato grande en la que la pendiente nunca supera el 10%. No es la típica subida para un día de montaña brutal, pero en estas circunstancias definitivamente puede ser suficiente para marcar la diferencia.
Sin embargo, es el potencial para una carrera táctica lo que hace que este final sea aún más interesante. Tras tanta subida (esto termina con 28 km por recorrer), habrá un descenso y luego una rampa empinada al 8% durante 1,5 kilómetros, que finaliza con 20 kilómetros por delante. Pero no habrá grandes descensos...
El final entero es ondulado, en una carretera de meseta que lleva a la ciudad de Asiago, donde los ataques pueden surgir en cualquier momento. Lejos de las subidas, los corredores del GC se enfrentarán en un terreno en el que no son especialistas y donde pueden suceder muchas cosas interesantes.
Lunes 26 de mayo - Último día de descanso
Etapa 16
27 de mayo - 199 km - Piazzola sul Brenta – San Valentino di Brentonico
La etapa 16, primer día de la última semana, será brutal. Cinco puertos de montaña categorizados, pero la carrera debería estallar realmente en el último ascenso a San Valentino, de 17 kilómetros al 6,5%. Habrá mucha subida y es un día para que los escaladores puros marquen la diferencia.
Los primeros kilómetros de esta etapa de más de 200 kilómetros son llanos, pero los dos últimos tercios son extremadamente duros, y tras el último día de descanso, puede que algunos corredores tengan dificultades. Un mal día aquí puede significar el fin de las aspiraciones del GC para cualquier ciclista, sin excepciones. 4700 metros de desnivel...
12,9 km al 4,9% (a 130 km de meta), 10,1 km al 7,5% (a 88 km de meta) y luego dos ascensiones brutales, donde se pueden marcar serias diferencias en la general dependiendo de dónde explote la carrera. La primera es Santa Bárbara, 12,7 kilómetros al 8,3%, una subida constantemente empinada y muy larga. Termina a solo 34 kilómetros de meta, y el descenso es empinado y muy técnico, lo que también puede generar diferencias.
Casi no hay espacio entre los dos ascensos, así que el final del descenso marca el inicio del último ascenso a Brentonico. También será lo suficientemente duro como para marcar diferencias importantes, con una media del 6% durante 18 kilómetros, y esto incluye dos tramos de bajada en toda la ascensión. Varios kilómetros en la segunda mitad de la subida tienen una media del 9% y esto será absolutamente suficiente para grandes ataques decisivos para la carrera.
Etapa 17
28 de mayo - 154 km - San Michele all’Adige – Bormio
Mucho se había rumoreado sobre esta etapa, pero finalmente no se subirá el Passo dello Stelvio. En su lugar, Bormio acogerá el final de una etapa interesante, que no será tan peligrosa para la general como las que normalmente se celebran en esta ciudad. Las distancias ahora son mucho más cortas, un día de GC más explosivo y táctico...
Habrá ascensiones al Passo del Tonale (14,8 km; 6,2%) y al Passo del Mortirolo (pero no por su cara más dura, siendo 12,8 km al 7,6%), que se realizarán con 86 y 48 kilómetros por recorrer. Son duras, no tanto como los días anteriores, pero lo suficientemente difíciles como para reventar la lucha por la general. Sin embargo, después de la cima aún quedará más de una hora de carrera... Entonces, ¿qué sigue?
En primer lugar, una gran trampa: el descenso del Mortirolo, extremadamente empinado y técnico, que por sí solo puede generar diferencias importantes. Los ciclistas de la fuga podrán hacer diferencias serias dependiendo de lo que pase en el pelotón, y podrán lanzar ataques tanto en ascenso como en descenso.
Los ciclistas ganarán 700 metros de altitud a lo largo de los kilómetros siguientes. Pero incluso si no ocurre nada hasta ese momento, el último ascenso del día a Le Motte aún podrá servir para grandes ataques. Son 3 kilómetros al 8%, al final de una etapa así, con subida, y en la tercera semana de la carrera, puede ser el terreno propicio para más grandes ataques de los contendientes a la victoria.
Este ascenso finaliza a menos de 10 kilómetros de la meta, y la mitad de la aproximación es plana, lo que aún podría ver algo de acción, mientras que la otra mitad es ligera bajada.
Etapa 18
29 de mayo - 144 km - Morbegno – Cesano Maderno
La etapa 18 será la penúltima oportunidad para los sprinters, aunque en esta parte final de la carrera habrá muchos ciclistas buscando atacar en la primera mitad del día para intentar formar una fuga fuerte. En Cesano Maderno, deberíamos tener un día emocionante con mucha acción entre los corredores.
Habrá cuatro ascensos en el día, y el más difícil es el primero, que tiene 7,6 kilómetros al 5,8%. Si el grupo solo sube por esta carretera, podría ser una fuga muy fuerte, y con distancias tan cortas en el día, será bastante difícil mantener un ritmo intenso para neutralizarla.
El último ascenso finaliza con 56 kilómetros por recorrer, y luego quedará una hora de carrera hasta Cesano Maderno, mientras los ciclistas dejan la región de los lagos y se dirigen hacia las afueras de Milán. El final no es muy técnico y es completamente plano.
Etapa 19
30 de mayo - 166 km - Biella – Champoluc
La etapa 19 se disputará en el Valle de Aosta y, realmente, presentará lo mejor de la región: ascensos y descensos técnicos, todos largos y empinados, pero muy similares en sus características. Es un día verdaderamente difícil, con subidas desde el inicio, pero también con tres ascensos muy largos y complicados en el Col Tzecore, el Col de Saint Pantaleon y finalmente el Col de Joux, cada uno de ellos de 16 kilómetros de longitud y con una media de alrededor del 7%. Un día de resistencia en el que en la última semana se pueden generar grandes diferencias.
Justo al comenzar el día, hay un ascenso de 11 kilómetros al 4,65% que empieza después de solo 3 kilómetros de carrera. Aquí puede pasar de todo, y los equipos de la general querrán enviar corredores por delante antes de enfrentarse al terreno brutal. El Tzecore finaliza con 99 kilómetros por recorrer, el Saint-Pantaléon con 56 kilómetros por recorrer (siendo el primer descenso extremadamente técnico y el segundo principalmente muy rápido).
Luego llega el Col de Joux, que, por ser el último de los ascensos difíciles, debería ser el lugar de los ataques más importantes. 15,1 kilómetros al 6,9% serán una ascensión real para dividir la carrera, y la subida termina con 20 kilómetros para el final.
Antes de llegar a Champoluc, sin embargo, habrá un último ascenso a Antagnod, que no tiene nada que ver con los anteriores, pero prolongará el espectáculo y, quién sabe, quizás incluso cree más diferencias en un punto de la etapa donde la mayoría ya estará al límite. El ascenso tiene 9,5 kilómetros al 4,6%, pero la segunda mitad presenta rampas que alcanzan hasta el 11%. La subida termina con 4,6 kilómetros de descenso hasta la meta.
Etapa 20 (¿Etapa Reina?)
31 de mayo - 205 km - Verrès – Sestriere
¿La etapa reina? Muchos dirán que sí, es un día con un inicio fácil, pero los organizadores del Giro han guardado lo mejor para el final. En 2018, sobre estos mismos ascensos, vimos cómo la carrera dio un giro inesperado cuando el líder de la clasificación general, Simon Yates, se desplomó y Chris Froome lanzó un ataque en solitario que lo catapultó al liderazgo de la carrera. No lo parece, ya que gran parte de la etapa es llana, pero hay 4400 metros de ascenso, y es un final realmente devastador para la carrera.
Los corredores ascenderán el Colle del Lys con 90 kilómetros por recorrer, y a estas alturas, algunos equipos podrán preparar ataques para más adelante y desgastar a sus rivales en estos caminos sinuosos. Los corredores han visto lo que es posible, pues en 2018 el mismo líder de la general se desmoronó por completo, y sabemos que cualquier cosa puede suceder.
Después llega el increíblemente difícil Colle delle Finestre, una subida de una hora que promedia un 9% durante más de 18 kilómetros, 7 de los cuales son en grava. Esto va a destrozar al pelotón en esta parte de la carrera. No hay donde esconderse, hay que estar en tu mejor nivel en este ascenso, o puedes perder minutos. Y si eso no fuera suficiente, la subida termina con todavía 28 kilómetros por recorrer.
El ascenso final a Sestriere será de 16 kilómetros de largo, la primera mitad muy suave y en carreteras de falso llano, pero los últimos 10 kilómetros tienen una pendiente media del 5%. A gran altura, después de Finestre y en la etapa 20, este ascenso podría convertirse en uno de los más duros de la carrera, y será decisivo para las diferencias en la clasificación general final.
Etapa 21
1 de junio - 141 km - Roma – Roma
La carrera finalizará con una etapa llana en Roma, de 143 kilómetros, donde los sprinters tendrán su última oportunidad de gloria. Será un día de celebración, ya que los corredores finalmente llegarán al final de la carrera y podrán disfrutar de una jornada corta y plana por la capital, con un circuito final que se adapta a los velocistas.
El circuito será bastante rápido, algo técnico en algunos tramos, pero sin duda veremos un sprint masivo junto al Circo Massimo.