La Paris-Roubaix fue testigo de otra batalla entre
Mathieu van der Poel y
Wout van Aert. Los dos se mostraron, una vez más, casi igualados, y fue un pinchazo tardío el que decidió el resultado de la carrera.
Tom Boonen cree que poco pudo hacer van Aert en esa situación.
"Lo mantengo: si Mathieu van der Poel sale de allí con Wout, Mathieu tampoco saldrá. Entonces Jasper Philipsen está detrás. Así que tenía mucha curiosidad por saber qué pasaría después. De todos modos, la carrera es la carrera y ya está hecha", dijo Boonen en Vals Plaat.
Después de que Christophe Laporte pinchara tras la Trouée d'Arenberg, el Jumbo-Visma se vio superado en número cuando Jasper Philipsen y Gianni Vermeersch se unieron al grupo delantero. "Entonces llega ese punto crítico en el que Jasper (Philipsen, y Mathieu van der Poel, ed.) se topa con Degenkolb, donde esos dos están casi parados. Entonces bajan la velocidad de diez a quince por hora, después de lo cual Mathieu también llega con facilidad".
Boonen cree que la facilidad que tuvo van der Poel para responder al ataque de Wout van Aert en el Carrefour de l'Arbre dejó entrever que el belga no sería capaz de descolgar a su rival. "Sencillamente, no creo que Wout fuera mejor que Mathieu", argumentó. Fue entonces, en los metros finales del sector, cuando se decidió la carrera, ya que van Aert pinchó en última instancia y sufrió pérdidas irrecuperables muy rápidamente.
En cuanto a su antiguo equipo Soudal - Quick-Step, Boonen es consciente de que correr a contrapié les ha llevado a más situaciones que les han impedido luchar por las victorias. "Muchas veces pudieron resarcirse en Roubaix, pero esta vez tampoco ha sido posible. Han acabado en la esquina donde caen los golpes. Si están demasiado lejos, también se verán atrapados entre pinchazos y caídas. No creo que se pueda cambiar el ADN del equipo como Quick-Step, creo que se pueden hacer las dos cosas", concluyó.