Mathieu van der Poel se hizo ayer con una gloriosa victoria en la Paris-Roubaix, pero las emociones a lo largo de la carrera oscilan salvajemente. No sólo para los corredores, sino también para su personal y su familia. Los padres y la novia del holandés estuvieron en Roubaix la pasada tarde y su madre describe las emociones que sintió durante y después de la carrera.
"Cuando entró solo en el velódromo y supe que iba a ganar, me emocioné. No voy a decir que ganar la
París-Roubaix fuera imposible para Mathieu, pero era su sueño", declaró Corinne Poulidor, madre de van der Poel, al Telegraaf. Tras haber ganado la Milán-Sanremo y el Tour de Flandes en el pasado, ésta se ha convertido en su tercera victoria diferente en un monumento, y la segunda de la temporada con gran estilo.
El Alpecin-Deceuninck tuvo una actuación estupenda, con el mayor número de corredores en cabeza una vez que se dividió la carrera, y luego compitió estratégicamente por un doblete. La familia van der Poel, muy vinculada al equipo belga, ve cómo años de trabajo tanto de ellos como del equipo para construir un fuerte bloque de clásicas dan sus frutos, en su primer año como escuadra World Tour.
"No fue muy divertido. Para ser sincero, ni siquiera vi pasar a Mathieu. Estaba demasiado nervioso. Para ser sincera, no me atrevía a mirar. Es todo demasiado estresante para mí", añadió Corinne. "Este lunes de Pascua echaré otro vistazo al recorrido en casa. Entonces podré hacerlo con tranquilidad".