"Si no fuera por mis seres queridos, no estaría aquí": Las terribles consecuencias que puede dejar el dopaje en el ciclismo

Ciclismo
miércoles, 01 octubre 2025 en 8:55
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El doping ha sido una sombra persistente en el ciclismo durante décadas, con casos mediáticos que marcaron hitos en la historia del deporte, aunque actualmente los escándalos han disminuido. Sin embargo, los ciclistas continúan siendo sorprendidos por el uso de sustancias prohibidas en ocasiones, y las sanciones, generalmente suspensiones, se imponen como el castigo establecido.
Sin embargo, lo que rara vez se discute es el impacto psicológico y emocional que estas sanciones tienen sobre los atletas. Las consecuencias de una suspensión no siempre son solo deportivas; en muchos casos, son devastadoras a nivel personal.
Uno de los testimonios más desgarradores en el mundo del ciclismo es el de Marion Sicot, una ciclista francesa que fue atrapada en 2019 usando EPO, una sustancia prohibida que aumenta el rendimiento.
Su suspensión fue el castigo formal, pero las secuelas emocionales fueron mucho más graves. Sicot, quien en su momento fue una figura prometedora del pelotón, no solo sufrió la pérdida de su carrera, sino que además se vio atrapada en una espiral de angustia personal.
En una entrevista con L'Équipe, la deportista de 33 años reveló detalles de su sufrimiento. “Yo estaba encerrada en mi burbuja, el ciclismo era mi vida”, confesó. “Quería estar al nivel de los mejores. Pensaba que los demás lo hacían, así que decidí intentarlo también.” Pero el caso de doping de Sicot no fue un episodio aislado.
En ese mismo periodo, se encontraba lidiando con un grave caso de abuso por parte de su exdirector deportivo, el belga Marc Bracke, quien, según las acusaciones, la obligaba a enviarle fotos suyas en ropa interior bajo el pretexto de controlar su peso. La tragedia continuó cuando Bracke, tras ser suspendido de por vida por el escándalo, se quitó la vida en 2022.
El relato de Sicot no solo revela los efectos devastadores de su suspensión por dopaje, sino también la complejidad del trauma psicológico que vivió. “Fue como si una bomba hubiera caído sobre mí. Tuve que lidiar con todo eso sola. Solo existía como Marion la ciclista. De un día para otro, ya no era nada. No podía imaginarme la vida sin el ciclismo. Si no hubiera sido por mis seres queridos, no estaría aquí”, confesó.
El preocupante caso de Marion Sicot
El preocupante caso de Marion Sicot

El impacto de las sanciones: Un camino de soledad y desesperación

Marion Sicot es solo uno de los ejemplos de cómo el doping no solo afecta el rendimiento físico de los atletas, sino también su salud mental. En una investigación reciente publicada en L'Équipe, varios deportistas franceses comparten sus experiencias con las secuelas de una suspensión por dopaje.
Paul Pogba, el futbolista del Mónaco, quien también sufrió una sanción por dopaje este año, relató cómo perdió su identidad cuando fue suspendido: “Cuando te suspenden, te quitan todo, incluso tu función. Honestamente, era como si ya no fuera futbolista”.
Y este es un tema recurrente: el regreso de un deportista suspendido es casi siempre una tarea imposible de realizar sin que queden cicatrices profundas. A pesar de haber cumplido su castigo, muchos atletas enfrentan la dura realidad de que las oportunidades jamás volverán a ser las mismas. La percepción pública, el respeto ganado, y la reputación se diluyen rápidamente.
Para Sicot, el regreso al pelotón nunca llegó. La ciclista admite que hubo momentos en los que pensó que no podría seguir viviendo tras su suspensión. “Un día, un atleta suspendido por dopaje se suicidará, como casi me ocurrió a mí”, afirmó, reflejando una triste y dolorosa verdad que aún se mantiene oculta en el debate público sobre el dopaje.
El testimonio de Sicot, junto a otros casos, pone de manifiesto la necesidad urgente de que las autoridades deportivas tomen en cuenta los efectos secundarios psicológicos y emocionales del dopaje. No se trata solo de una violación a las normas antidopaje, sino de un problema que afecta la salud mental de los deportistas de manera profunda.
Mattia Piffaretti, psicólogo deportivo, subraya que el dopaje debe ser considerado no solo como un asunto físico, sino como una cuestión integral de salud mental. “El riesgo de suicidio es considerable”, alerta Piffaretti, quien aboga por un enfoque más humano y comprensivo en el tratamiento de los atletas suspendidos.
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