No hay duda de que
Mathieu van der Poel es el mejor corredor de la historia del ciclocross. Solo le falta ganar un Mundial más para superar a Erik de Vlaeminck y quedarse el récord en solitario de más maillots arcoíris (ambos están empatados con 7). Sin embargo, el idilio del neerlandés con el barro puede llegar a su final si consigue ganar en Hulst.
Al menos eso dejó caer la estrella de
Alpecin-Deceuninck. A medida que crecen las especulaciones sobre cuánto tiempo más Van der Poel seguirá apostando por inviernos completos de ciclocross, su padre, Adrie, ofrece una visión serena pero reveladora sobre las exigencias físicas y logísticas que cada vez pesan más en esas decisiones.
En declaraciones a In de Leiderstrui,
Adrie van der Poel dejó claro que no se ha tomado ninguna decisión definitiva, pero reconoció por qué la cuestión vuelve una y otra vez a medida que crecen las ambiciones en ruta de su hijo.
“Simplemente ha dejado la puerta abierta”, explicó, aludiendo a la dificultad de compaginar un calendario de carretera profundo con un invierno intenso en los circuitos. “Quizá en algún momento quiera correr hasta Lombardía y luego tenga que volver a construir la forma. Eso complica un invierno de ciclocross. Este año, eso ni se debatió.”
Estas declaraciones llegan en otro invierno en el que Van der Poel ha vuelto a mostrarse intocable cada vez que toma la salida, reforzando su dominio y la idea de que el ciclocross ocupa ahora un lugar clave en su planificación a largo plazo. Aunque los resultados hablan de control absoluto, las conversaciones a su alrededor giran cada vez más en torno a la gestión del calendario y no tanto a la motivación.
Los comentarios de Adrie van der Poel se centraron menos en los trofeos y más en la realidad cotidiana tras enlazar días de competición: “Es más que un día completo”, dijo al describir una jornada típica de ciclocross. “A veces ya haces una hora de activación por la mañana, luego es ducharse y directo al cross. Si además gana y hay control, pasa una hora y media antes de poder irnos.”
El efecto acumulado, apuntó, se subestima con frecuencia. “Son días muy intensos, simplemente. Por la tarde-noche solemos volver entre las 19:00 y las 20:00, y aún hay que ir al masajista. Suma todo. No puedes hacer 3-4 días de ciclocross seguidos sin consecuencias.”
Mathieu van der Poel dejó caer una posible retirada si gana el Mundial de Ciclocross
Esa perspectiva aporta contexto a la conversación de este invierno, en el que los rivales han admitido abiertamente que Van der Poel compite a un nivel sobre el que apenas influyen. Mientras fuera el foco está en resultados y diferencias, dentro del entorno Van der Poel el debate parece mucho más pragmático, centrado en carga de trabajo, recuperación y equilibrio a largo plazo.
Adrie también abordó la cuestión recurrente de si un invierno sin ciclocross podría desbloquear más rendimiento en carretera. “No sabemos si todavía puede mejorar sin correr ciclocross. Simplemente no lo sabemos”, dijo, antes de reconocer que la comparación con otras estrellas multidisciplinares pesa inevitablemente. “Dijo: ‘Tadej tampoco corre ciclocross, y aun así hace una primavera fuerte.’”
Además del rendimiento, Adrie señaló la presión constante que acompaña al éxito sostenido. “Todo el mundo le está mirando siempre. Y cuanto más ganas, más cerca está la no-victoria”, afirmó, enmarcando la carga mental como otro factor que no se puede ignorar.
Foco a corto plazo, preguntas a largo plazo
Por ahora, no hay una decisión inmediata en el horizonte. Adrie recalcó que cualquier cambio sería parte de un ciclo de planificación más amplio, no una ruptura súbita. “Son catorce días, algo menos de tres semanas, y luego volverá a España”, dijo, subrayando lo rápido que el foco regresa a la preparación en carretera.
En un invierno en el que Van der Poel sigue dominando cada vez que aparece, las palabras de su padre recuerdan que el debate no va de motivación o capacidad, sino de equilibrio. La cuestión ya no es si puede seguir ganando en el ciclocross, sino cuánto de esa intensidad encaja en el arco más amplio de su carrera.