La etapa 5 de la
Vuelta a Turquía 2025 debía disputarse este jueves por la tarde en las carreteras entre Marmaris y Aydın, pero finalmente no fue así, ya que las adversas condiciones meteorológicas obligaron a cancelar la carrera. Sin embargo, no todos están completamente convencidos de que haya sido la decisión adecuada.
"Se designaron algunos portavoces, y luego un corredor de cada equipo discutió la situación", explica a Feltet.dk el director deportivo del Uno-X Mobility, Christian Andersen, sobre cómo se llegó a la cancelación. "Se tomó la decisión de anular la etapa. Es una lástima, queríamos correr, pero a veces no es posible".
Aunque Andersen reconoce que las condiciones estaban lejos de ser ideales, considera que, en comparación con la jornada anterior —cuando la lluvia provocó descensos traicioneros y muy resbaladizos que pusieron en apuros a los ciclistas—, no había un riesgo añadido suficiente como para justificar la suspensión de la quinta etapa:
"En general, creo que la carrera debería haberse disputado, pero esta decisión se tomó influida por lo ocurrido ayer, que sí fue realmente peligroso. Así suelen ser estas situaciones: las decisiones se toman a posteriori", afirma Andersen. "Personalmente, no creo que debiera haberse cancelado. Pero es complicado cuando hay tantos factores en juego. A veces ocurre".
Pese a no compartir la decisión final, Andersen comprende la preocupación de los corredores: "Por supuesto, los ciclistas se preocupan por su seguridad. Este es su medio de vida, y temen caer porque las carreteras aquí son muy resbaladizas", concluye el director deportivo, señalando que su equipo estaba dispuesto a seguir adelante a pesar de todo. "Los corredores quieren competir, ese es su trabajo, y por eso lo hacen. Están ahí fuera intentando lograr resultados. Así que cancelar una etapa significa perder una oportunidad. No es que se sientan aliviados por no correr".