En plena fase de preparación para su gran objetivo del año, el
Tour de Francia 2025,
Jonas Vingegaard ha intensificado su trabajo en altitud con una serie de entrenamientos exigentes en los Pirineos. Sin embargo, más allá de la planificación deportiva, una anécdota reciente ha puesto de relieve el lado más humano del vigente bicampeón de la Grande Boucle.
Durante una de sus sesiones en el Col du Soulor, el danés de 28 años coincidió con tres jóvenes aficionados franceses. Uno de ellos, Paul Capelle, de 19 años, relató la experiencia al medio danés
TV2, destacando la naturalidad con la que se produjo el encuentro.
Capelle y sus amigos, en pleno ascenso, fueron superados por un coche del
Visma - Lease a Bike, cuyo director deportivo,
Grischa Niermann, les informó que Vingegaard se encontraba apenas dos minutos por delante y les animó a alcanzarlo. El grupo tuvo que mantener potencias cercanas a los 400 vatios para contactar con el campeón, lo que ya da una idea del nivel requerido para compartir ruta con uno de los grandes nombres del pelotón internacional.
Una vez alcanzado, Vingegaard no solo accedió a rodar con ellos, sino que completó prácticamente toda su sesión de entrenamiento en su compañía, desde el Soulor hasta Hautacam. Lo que más sorprendió al joven Capelle no fue el ritmo, sino la actitud del corredor danés: accesible, interesado y genuinamente amable.
"Me preguntó a qué me dedicaba, si competía… Hablamos de todo tipo de cosas. Fue increíble. No se comportaba como una superestrella", explicó Capelle. A pesar de que Vingegaard rodaba a un ritmo más moderado de lo habitual, los jóvenes tuvieron que esforzarse al máximo para no descolgarse.
El encuentro dejó una huella indeleble en los tres ciclistas aficionados. Capelle, que inicialmente simpatizaba más con Tadej Pogačar, reconoció haber cambiado de opinión. "Desde esta temporada, y viendo cómo Pogacar ha ganado todo, creo que me he pasado al equipo Vingegaard", bromeó.