Matteo Trentin es, desde hace más de una década, uno de esos corredores que ha dejado su sello en el pelotón internacional. Acumula numerosas victorias profesionales, incluso al más alto nivel, pero en los últimos años, con el aumento del ritmo, la profundidad de talento y la modernización táctica del pelotón, ganar se ha convertido en un desafío mucho más complejo.
Sin embargo, este domingo, el italiano demostró que la experiencia, la paciencia y la lectura de carrera pueden seguir marcando la diferencia. En una edición exigente y abierta de la
París-Tours 2025, Trentin volvió a encontrar el camino del éxito, utilizando su potencia en la escalada, su veteranía y su instinto en el sprint final para sellar una victoria tan trabajada como merecida.
La jornada estuvo marcada por un guion caótico, en el que Paul Lapeira y Thibau Gruel consiguieron abrir una brecha en los tramos más selectivos. Durante buena parte de la persecución, el grupo de Trentin parecía condenado a pelear solo por el podio, ya que la diferencia con los escapados se mantenía estable y no había demasiadas señales de colaboración real entre los perseguidores.
Pero, como suele suceder en este tipo de carreras impredecibles, un instante de duda lo cambió todo: un breve parón entre los dos hombres de cabeza permitió que el grupo trasero recuperara terreno y se reenganchara en los kilómetros finales.
Fue en ese momento cuando Trentin, lejos de desesperarse, puso en valor su instinto competitivo y su experiencia acumulada en cientos de llegadas ajustadas.
No era, en teoría, el más rápido del grupo, en un sprint puro, nombres como Albert Philipsen o Christophe Laporte habrían partido con ventaja, pero tras una jornada tan dura y selectiva, la resistencia y la inteligencia táctica pesaron más que la velocidad pura.
Tras cruzar la meta con los brazos en alto, Trentin explicó con serenidad cómo había leído los últimos compases de la carrera y cómo la experiencia de los veteranos jugó un papel decisivo:
“En los dos o tres últimos kilómetros puede ocurrir que uno de los dos diga: ‘Estoy jodido, prefiero ser segundo que nada’. No sucedió, pero tanto yo como Laporte tenemos mucha experiencia, así que seguimos empujando.
Y Philipsen, por supuesto, se sienta detrás; es el chico joven que está subiendo, así que más o menos puede hacer eso. Pero en la última curva se quedaron muy parados, y eso nos favoreció”.
Esa breve vacilación fue todo lo que Trentin necesitaba. El italiano se lanzó con decisión, interpretando mejor que nadie la dinámica del grupo, y encontró sus mejores piernas en el sprint definitivo. Con una aceleración precisa y contundente, superó a sus rivales y se adjudicó una victoria que cierra su temporada 2025 de la mejor manera posible: con un triunfo en una clásica de prestigio y con la autoridad de quien todavía sabe cuándo y cómo golpear.
Matteo Trentin, ganador de la París-Tours 2025
Una victoria que reivindica la experiencia
En su análisis posterior, Trentin profundizó en la lectura táctica de los kilómetros finales y en la importancia de la paciencia en una carrera tan cambiante: “Puede ocurrir. Hemos visto muchas carreras en las que ninguno de los dos en cabeza está seguro de poder ganar, y llega un momento en el que simplemente apuestan.
En realidad, Lapeira también tenía a Bissegger detrás, lo que era mejor para mí”.