Yara Kastelijn tuvo un papel decisivo y polémico en el desenlace del
Mundial de Gravel femenino, una jornada en la que la confusión, la tensión y las emociones cruzadas acabaron marcando el resultado final.
En los últimos kilómetros, la corredora del
Fenix-Deceuninck protagonizó una persecución sin motivo aparente sobre su compatriota
Shirin van Anrooij, que marchaba destacada y parecía encaminada hacia la victoria.
Esa acción, sin embargo, acabó con las opciones de ambas, dejando el título en manos ajenas y una sensación amarga dentro del pelotón neerlandés. Todo ocurrió en los instantes finales, cuando van Anrooij había atacado y parecía tener asegurado el triunfo.
Entonces, de forma inesperada, Kastelijn lanzó una persecución que permitió al grupo perseguidor, formado por Lorena Wiebes, Marianne Vos y Silvia Persico, reconectar y neutralizar la escapada.
El resultado fue devastador: la ofensiva no solo aniquiló las opciones de victoria de Van Anrooij, sino que también eliminó a Kastelijn de la lucha por las medallas.
En la línea de meta, la neerlandesa no tardó en dar la cara y ofrecer su explicación. “No quería en absoluto hacer perder a Shirin. Solo quería sacar lo mejor de mí misma”,
declaró Kastelijn en un mensaje compartido por su equipo, intentando dar sentido a una maniobra que, vista desde fuera, parecía inexplicable.
Un malentendido táctico
Con la carrera ya decidida, Kastelijn explicó que su error no fue de intención, sino de percepción.
Creía que Silvia Persico, la italiana que acabaría subiendo al podio, no la seguía de cerca y que, si conseguía alcanzar a van Anrooij, aún tendría posibilidades de asegurar una medalla.
“Pero en ese momento no me di cuenta de que Persico estaba cerca.
Solo más tarde, cuando vi las imágenes, entendí que no había sido el movimiento más inteligente”,
reconoció con franqueza.
En otras palabras, una confusión situacional y la falta de información precisa le llevaron a tomar una decisión que, en caliente, parecía lógica pero que en retrospectiva resultó costosa para todo el equipo neerlandés.
Shirin van Anrooij podría haber aspirado a ganar el Mundial de Gravel 2025
Kastelijn también recordó que había intentado ajustarse a las indicaciones previas del seleccionador nacional, Laurens ten Dam, quien insistió en que los Campeonatos del Mundo de Gravel se corren con una mentalidad diferente a los de carretera.
“Laurens ten Dam, nuestro seleccionador, había insistido de antemano en que el Mundial de Gravel no se corre con la misma actitud que el Europeo de carretera.
Me lo tomé demasiado al pie de la letra en la final.
Aun así, ahora me arrepiento”,
admitió con honestidad.
Ese contraste de estilos (el instinto individual frente a la estrategia colectiva) quedó plasmado en la carrera, donde la lectura del momento y la interpretación de las órdenes resultaron decisivas. Tras la tormenta mediática y deportiva, Kastelijn quiso cerrar el episodio con una disculpa directa a Van Anrooij, reconociendo que el error fue suyo.
“Aprendo de momentos como este. Desde entonces me he disculpado con Shirin”,
explicó, subrayando que su objetivo nunca fue perjudicar a su compatriota.
“En ese momento estaba completamente concentrada en mi carrera y en lograr el mejor resultado posible.
Pensaba que un podio era factible”.