Remco Evenepoel ha vivido una especie de montaña rusa en lo que va de
Vuelta a España 2023. Las victorias de etapa y los maillots rojos han coincidido con múltiples caídas y pérdidas de tiempo en el último final en alto.
Sin embargo, el jefe del
Soudal Quick-Step,
Patrick Lefevere, se ha mostrado impresionado con la actitud de su jefe de filas belga, que no se queja ni acusa posibles lesiones. "La figura de Remco no es ajena a esto", escribe Lefevere en su columna de Het Nieuwsblad. "Se cayó de forma bastante espectacular tras su victoria de etapa en Andorra, pero Evenepoel no se queja del dolor de cabeza y de cadera que realmente tuvo después".
Se ha hablado mucho de la debilidad percibida en los corredores de apoyo de Evenepoel en comparación con la de sus rivales y una enfermedad que su propagación por el equipo difícilmente habrá ayudado. Lefevere cree que esto puede haber influido en la pérdida de 32 segundos que Evenepoel sufrió ante el dúo del
Jumbo-Visma Primoz Roglic y
Jonas Vingegaard en la 6ª etapa.
"Como he dicho 300.000 veces: el equipo es siempre tan bueno como el líder", afirma Lefevere. "Tres de nuestros corredores enfermaron durante la noche del martes al miércoles.
Louis Vervaeke,
James Knox y
Andrea Bagioli sufrieron fuertes dolores de estómago por la noche y pasaron más tiempo en el baño que en la cama. Inmediatamente, el equipo se puso manos a la obra".
"Knox se recuperó relativamente rápido, pero Vervaeke y sin duda Bagioli tuvieron un día muy difícil sobre la bici el miércoles", prosigue. "El pelotón de radio hace entonces, por supuesto, su trabajo: todo el mundo había visto a nuestros 'sirvientes' agazapados a lo largo del recorrido. El jueves, Jumbo-Visma y algunos cómplices nos presionaron desde el kilómetro uno. Lo cual también comprendo. Si soy sincero: en su lugar yo habría hecho exactamente lo mismo dadas las circunstancias".
Sin embargo, Evenepoel limitó muy bien sus pérdidas, lo que dio a Lefevere motivos para sonreír. "Hizo un trabajo magistral para limitar los daños después. Hasta tal punto que incluso rodó el último kilómetro más rápido que el tándem del Jumbo", concluye. "Mantuvo la cabeza fría en circunstancias difíciles y salvó los muebles con creces".