La octava etapa del
Tour de Francia se prevé muy tensa. Junto con el calor que se siente en la carretera, el final accidentado dará lugar a una intensa lucha por el posicionamiento para la sección final de la etapa, y la cima de la colina que se enfrentará a proporcionar
Wout van Aert para finalmente tomar la victoria de etapa que ha estado buscando hasta ahora.
"En días como éste, es importante para nosotros llegar indemnes al día siguiente. Todo el equipo ha mantenido a Jonas fuera del ritmo frenético de forma excelente. Es un buen ejemplo de trabajo en equipo", declaró Merijn Zeeman, DS del equipo, a In de Leiderstrui tras la séptima etapa. "Esperamos volver a hacerlo en la etapa del sábado. Quizás haya una oportunidad para Wout en la final. Si surge esa oportunidad, sin duda la aprovecharemos con las dos manos".
Al contar con un equipo increíblemente fuerte para este tipo de terreno, será posible que el
Jumbo-Visma proteja tanto al líder de la carrera, Vingegaard, como a van Aert hasta el final en Limoges, donde los últimos 700 metros tienen una media del 4%. Es probable que muchos de los velocistas puros tengan dificultades en el terreno explosivo, lo que ofrece una mejor oportunidad a los que se sienten cómodos subiendo. Como demostró en los Pirineos, van Aert está actualmente en plena forma en lo que se refiere a sus piernas escaladoras.
"Estamos en buena forma. De antemano, Tadej Pogacar parecía el favorito en el recorrido que hemos hecho hasta ahora. Jonas y Tadej han demostrado que son inalcanzables por el momento, pero por supuesto sabemos que todavía hay varios secuestradores en la costa", concluyó Zeeman, analizando la lucha por el maillot amarillo que se mantuvo en la sombra durante el séptimo día de carrera.