Pocas despedidas encuentran un encuadre tan perfecto. Después de una carrera de quince años en el pelotón profesional,
Elia Viviani cerró su trayectoria como sólo pueden hacerlo los elegidos: ganando. Y no cualquier victoria, sino un título mundial.
En Chile, en la prueba de eliminación de los Campeonatos del Mundo de Pista, el italiano de 36 años cruzó la meta convertido en campeón del mundo, sellando un final que parecía escrito por el mejor guionista que pudiera imaginarse para su legado. Ese triunfo no solo conmovió a los aficionados, sino también a quienes viven el ciclismo desde dentro.
Entre ellos, el comentarista de Eurosport
Brian Holm, que reconoció que el momento casi le hizo llorar. “Maldita sea, eso estuvo bien. Es una de las cosas más conmovedoras que he visto nunca. Realmente no sé por qué”, confesó en el podcast Café Eddy, en declaraciones recogidas por
Ekstra Bladet.
Holm trató de poner palabras a esa emoción inesperada, recurriendo a un paralelismo que lo dice todo sobre la estima hacia Viviani. “Es como Pogacar, todo el mundo le quiere. Es un buen hombre. Verle convertirse en campeón del mundo en su última carrera es una de las mejores cosas que he visto en televisión”, añadió.
Una carrera construida a base de constancia y clase
Viviani comenzó su etapa profesional en 2010 con Liquigas-Doimo, uno de esos equipos que definieron una época y que reunía nombres de peso como Ivan Basso, Peter Sagan o Vincenzo Nibali. Desde entonces, el italiano fue puliendo lo que le convirtió en un corredor único: su capacidad para unir el mundo del asfalto con el de los velódromos, su velocidad, su inteligencia táctica y su instinto ganador.
Con el paso de las temporadas, se consolidó como uno de los ciclistas italianos más fiables y exitosos de su generación. Acumuló cinco victorias en el Giro d’Italia, tres en la Vuelta a España y una en el Tour de Francia, llegando a la extraordinaria cifra de noventa triunfos como profesional. Un palmarés que respalda a un corredor que siempre supo cuándo y cómo aparecer en las grandes citas.
Elia Viviani, campeón del mundo de pista en Chile 2025
Quizá su triunfo más recordado en carretera llegó en 2019, cuando se proclamó campeón de Europa en una edición llana que exigía potencia y precisión, imponiéndose a un grupo selecto que incluía nombres como Mark Cavendish, Mads Pedersen o Arnaud Démare. Aquel título confirmó lo que muchos ya sabían: que Viviani era, sobre todo, un corredor de momentos grandes, un competidor capaz de elevarse cuando más importaba.
Ahora, con el maillot arcoíris de pista como última imagen y el aplauso unánime del ciclismo, Viviani se retira dejando huella. Su despedida no fue una ceremonia silenciosa, sino un gesto rotundo de grandeza deportiva, el broche perfecto para un ciclista querido, respetado y admirado por compañeros, rivales y aficionados. Se va con una sonrisa, un arcoíris sobre el pecho y la certeza de haber cerrado su historia con la última palabra, en forma de victoria.