Desde la temporada 2022, el ciclismo profesional de un día ha estado marcado por un dominio casi absoluto de dos nombres: Tadej Pogacar y Mathieu van der Poel. De las 20 carreras de un día más importantes del calendario —que incluyen los cinco Monumentos, el Mundial y los Juegos Olímpicos—, 17 han sido ganadas por estos dos corredores. Este dato refleja no solo la calidad y el talento extraordinario de ambos ciclistas, sino también la distancia que han logrado imponer respecto a sus rivales en las competiciones más prestigiosas del mundo.
Solo tres veces en este período de tres años un corredor que no sea Pogacar o Van der Poel ha logrado imponerse en una de estas carreras icónicas. La primera fue Matej Mohoric, quien en 2022 sorprendió al pelotón con una victoria en la Milán-San Remo gracias a un arriesgado y brillante descenso desde el Poggio. Ese mismo año, Dylan van Baarle se llevó la París-Roubaix con una impresionante escapada en solitario. La última excepción ha sido Jasper Philipsen, quien logró ganar la Milán-San Remo en 2024, confirmando así su capacidad para competir al máximo nivel en las grandes clásicas.
Mathieu van der Poel ha consolidado su posición como uno de los mejores clasicómanos de todos los tiempos. El neerlandés ha ganado las carreras más prestigiosas con una autoridad incontestable. A su victoria en la Milán-San Remo de este año, se suman dos títulos en el Tour de Flandes (2022 y 2023) y las dos últimas ediciones de la París-Roubaix (2023 y 2024). Además, su victoria en el Mundial de Glasgow en 2023, tras un ataque demoledor, confirma su capacidad para imponerse en todo tipo de terrenos y condiciones. Van der Poel no solo gana, sino que lo hace con un estilo y una superioridad que rara vez se ha visto en el ciclismo moderno.
El otro nombre que ha conseguido irrumpir en esta dinámica es Remco Evenepoel. El belga se proclamó campeón del mundo en 2022 con una actuación magistral en Wollongong, donde completó un ataque en solitario que dejó al resto del pelotón sin respuesta. En 2023 y 2024, Evenepoel ha conquistado la Lieja-Bastoña-Lieja, mostrando su fortaleza en las Ardenas. Pero su mayor triunfo llegó en el verano de 2024, cuando se proclamó campeón olímpico en París, añadiendo un título que solo los más grandes de la historia han conseguido.
Si Van der Poel es el rey de las clásicas del pavé, Tadej Pogacar domina con mano de hierro en las Ardenas y en las pruebas más exigentes del calendario. El esloveno ha acumulado desde finales de 2021 una colección impresionante de triunfos:
El ataque de Pogacar en la Cipressa en la última Milán-San Remo fue un recordatorio de su capacidad para redefinir las tácticas de carrera. Nadie había logrado hacer la selección en esa subida desde hacía casi 30 años, pero Pogacar lo hizo con una facilidad pasmosa, llevando la carrera a su terreno y demostrando que está en otra dimensión respecto a la mayoría de sus rivales.
De cara a las próximas citas del calendario, es difícil imaginar un cambio significativo en el guion. Van der Poel y Pogacar se perfilan como los grandes favoritos para el Tour de Flandes. Pogacar volverá a ser el hombre a batir en la Lieja-Bastoña-Lieja, mientras que en la París-Roubaix, la pareja formada por Van der Poel y Philipsen ha demostrado ser la combinación ganadora, habiendo terminado primero y segundo en las dos últimas ediciones.
En cuanto a Il Lombardia, el historial reciente de Pogacar lo coloca como el claro favorito para sumar una quinta victoria consecutiva. El campeón del mundo ha ganado las últimas cuatro ediciones y, si vuelve a presentarse en la salida, será complicado que alguien le arrebate la victoria.