Para
Isaac del Toro, esta ha sido la primera etapa realmente montañosa de la clasificación general en su trayectoria en una gran vuelta, y según
Philippa York, subcampeona del
Giro de Italia en 1987 (cuando se llamaba Robert Millar), esa falta de experiencia le pasó factura al joven talento del UAE Team Emirates - XRG frente a rivales con mayor recorrido.
“Tiene 21 años y todavía no cuenta con la misma resistencia que Simon Yates o Richard Carapaz”, explica York en su análisis para Cycling News. “Los numerosos días de carrera duros, sombríos e implacables son los que te forjan por dentro, y él aún está en ese proceso. De momento, es como un joven caballo de carreras: impetuoso, preparado, pero sin tener del todo claro cuál es su sitio en la jerarquía. En la última subida, descubrió lo rápido que pueden torcerse las cosas”.
Sorprendentemente, y pese a la gran fortaleza del equipo emiratí, Del Toro se encontró solo justo cuando más necesitaba apoyo. “Sin Juan Ayuso cerca, toda la presión recayó sobre él”, señala York. “Al principio parecía ir bien. No se inmutó cuando Carapaz atacó y centró su estrategia en seguir a Simon Yates, a quien consideraba su principal rival. El problema es que el hombre del Visma corre a un ritmo elevado durante mucho tiempo. Si intentas seguir esa marcha y está por encima de tus posibilidades, tarde o temprano tienes que ceder. Del Toro no lo hizo, y lo pagó caro”.
“Con más experiencia, habría sabido regularse mejor”, continúa York. “Pero es joven, y la lección de hoy en la montaña ha sido dura. Se quedó sin fuerzas, y resulta revelador que corredores que se habían descolgado antes que él terminaran regresando y superándolo”.
Así, aunque Del Toro sigue al frente de la general con 26 segundos de ventaja sobre Yates y 31 sobre Carapaz antes de la 17.ª etapa, York considera que el mexicano enfrenta serios problemas de cara a lo que viene. “Terminó completamente agotado. Ahora veremos cómo se recupera tras una jornada tan exigente. Todos los ataques, aceleraciones y esfuerzos anteriores le han pasado factura hoy”, concluye. “No ha sido un desastre total como el de su compañero y colíder Juan Ayuso, ya que sigue vistiendo de rosa, pero los tiburones ya huelen sangre y están al acecho”.