Para
Charles Kagimu, el ugandés que hacía su debut en los
Juegos Olímpicos de Paris 2024, lo importante fue poder terminar la carrera. El africano recibió un conmovedor aplauso en la Torre Eiffel, a pesar de haber sido el último corredor de la carrera que llegó a la meta.
"Estuve en cabeza durante casi 190 km", declaró Kagimu a
Cycling Weekly, recordando las horas que había pasado en la escapada. "Ha estado muy bien tener ventaja y además rodar a un ritmo que nos venía muy bien. Es una pena que algunos de los chicos no estuvieran apretando de verdad, pero ya sabes, así es el ciclismo.
Al final, estoy muy contento de haber podido terminar la carrera. Creo que es la carrera en carretera más larga que he hecho nunca", dijo. "La carrera fue muy, muy larga".
La tarde fue aún más dura debido a una enfermedad contra la que llevaba luchando una semana. "Después de la ceremonia de apertura, estaba muy enfermo", dijo Kagimu. El ugandés fue el abanderado de su país en el barco que cruzó el Sena, una oportunidad que le hizo rebosar orgullo, pero también permanecer de pie sin protección bajo la lluvia durante horas.
"El sábado, literalmente, no podía levantarme de la cama. Trabajamos muy duro para desplazarnos, pero después de una enfermedad así, muy cerca de la carrera, seguro que perdí mucho", dijo. "Tenía que correr", continuó. "No había nada más que hacer aparte de correr, y darlo todo".
Fue esa actitud, esa tenacidad, la que el público del Trocadero percibió en Kagimu cuando cruzó la línea de meta. Había tardado casi siete horas en llegar a la meta, pero lo hizo, el único corredor que lo hizo desde la escapada inicial. "Es un gran logro", dijo el ugandés. Después posó para una fotografía y, cabalgando junto a las tribunas, emprendió el camino de regreso a su hotel.