El año 2025 está terminando, y con ello nuestros análisis equipo por equipo de sus actuaciones colectivas en la temporada en carretera que finalizó el pasado octubre. Hoy es el turno de Visma - Lease a Bike, que tuvo un gran desempeño en grandes vueltas con victorias de
Jonas Vingegaard y
Simon Yates en Vuelta a España y Giro de Italia. Pero, ¿habrá sido un año bueno más allá de eso?
Visma abrió 2025 como una de las potencias del pelotón, y el año confirmó que su hábito de ganar seguía intacto. La escuadra presentó una alineación que combinaba estrellas y profundidad, construida en torno a Vingegaard y
Wout van Aert. Las expectativas eran altas desde el inicio, y los primeros resultados no hicieron más que elevarlas.
¿El objetivo final? Alcanzar a UAE Team Emirates XRG
y a Tadej Pogacar, y devolver el maillot amarillo a Jonas Vingegaard. Cuando cayó el telón de la temporada, Visma había firmado una de las campañas más completas del ciclismo en ruta masculino moderno, aunque se quedó sin su objetivo supremo.
La organización neerlandesa, durante años conocida como Jumbo-Visma, ha construido en la década de 2020 una estructura capaz de ganar en todos los terrenos. Vingegaard siguió siendo el pilar de las ambiciones en vueltas por etapas, llegó como bicampeón del Tour de Francia y cerró el año con un tercer título de Gran Vuelta en su palmarés.
Su triunfo en la Vuelta consolidó su estatus como uno de los corredores más definitorios de la era, y volvió a medirse con Tadej Pogacar en la Grande Boucle.
Van Aert, por su parte, se rehízo de un inicio de año complicado para sumar 2 victorias de gran peso, pelear por los monumentos y aportar la versatilidad que lo hace indispensable en el modelo de Visma. A su lado, corredores como Sepp Kuss, Matteo Jorgenson y Simon Yates cubrieron cada necesidad táctica, dando al equipo el lujo de múltiples cartas en cada cita mayor.
Desde el arranque quedó claro que los números seguían siendo muy sólidos. Visma cerró 40 triunfos, por encima de los 32 del curso anterior. El equipo terminó segundo en el ranking mundial UCI, solo por detrás de UAE Team Emirates - XRG. En un deporte donde la profundidad cuenta tanto como las estrellas, la distribución de victorias entre Grandes Vueltas, clásicas y vueltas WorldTour demostró el equilibrio del programa, incluso con la creciente oposición de bloques como Lidl-Trek.
Jonas Vingegaard ganó la Vuelta a España 2025
Clásicas de primavera
Los primeros meses dejaron un contraste llamativo. Visma compitió con convicción en todas las clásicas importantes, pero le faltó rematar en las jornadas de un día. Milán-San Remo ofreció el primer aviso de esa secuencia de casi aciertos. Ganó Mathieu van der Poel, con Tadej Pogacar y Filippo Ganna a su estela, y Visma apenas tuvo presencia real en la definición. Días después, en Dwars door Vlaanderen, Neilson Powless sorprendió con un ataque tardío y dejó a Van Aert segundo, con sus compañeros Tiesj Benoot y Matteo Jorgenson en tercero y cuarto.
El Tour des Flandres siguió el mismo guion. Pogacar aceleró en el Oude Kwaremont, seleccionó la fuga buena y Van Aert volvió a quedar a las puertas del podio, cuarto. El sexto puesto de Benoot subrayó la profundidad del bloque, pero el escalón más alto volvió a escaparse.
París–Roubaix, carrera que forja y rompe trayectorias, añadió otro golpe. Van der Poel encadenó su tercer triunfo consecutivo en el velódromo de Roubaix mientras Van Aert, tras ser cortado temprano, logró regresar al frente para acabar cuarto. Mads Pedersen le negó el podio en un sprint ajustado que condensó la frustración de la primavera de Visma.
Ni siquiera las Ardenas, terreno donde Visma suele encontrar réditos a finales de primavera, cambiaron el tono. En la Amstel Gold Race, Mattias Skjelmose superó a Pogacar y Remco Evenepoel, con Van Aert nuevamente cuarto y Benoot octavo. En la Flecha Brabanzona, la espera de Van Aert se alargó, al ser batido por Remco Evenepoel en un sprint mano a mano.
El patrón quedó claro: Visma siempre estuvo, a menudo mandó y rara vez fue inferior en número. Ejecutó bien la táctica, metió a sus hombres en los cortes buenos y mantuvo la presión. Pero faltó el golpe de gracia. Para un equipo acostumbrado a convertir ocasiones en trofeos, una primavera sin una victoria de alto perfil quedó por debajo de su estándar.
Grandes Vueltas
Las Grandes Vueltas definieron el año de Visma, y el equipo rindió en las tres. El Giro de Italia se planteó más como banco de pruebas que como prioridad, pero aun así dejó uno de los momentos del curso. La cabalgada en solitario de Van Aert en la etapa 9 hacia Siena, donde por fin soltó a Isaac del Toro para firmar su primera victoria de 2025, fue una de las postales del Giro.
Pero el gran drama estalló, casi de la nada, en la última etapa de alta montaña. Y llegó con uno de los actos de redención más rotundos del británico Simon Yates.
A 1 minuto y 21 segundos del líder antes de la penúltima etapa, lanzó un ataque ambicioso en el Colle delle Finestre, la misma subida donde se hundió en 2018, y se fue en solitario para endosar 3 minutos y 56 segundos a sus rivales, arrebatando la maglia rosa de forma definitiva.
Su victoria sorprendió porque dio la vuelta a la carrera en el tramo final y llegó frente a amenazas serias para la general, cuando muchos lo daban fuera de la pelea por el rosa. El día no fue solo de Yates: Van Aert firmó lo que el equipo calificó como una “actuación de carrera” de su vida, tirando con fiereza en valles y descenso para colocar a Yates en el punto exacto de su estocada, una demostración nítida de trabajo de equipo y sacrificio.
El Tour de Francia devolvió a Vingegaard al centro del foco. Visma afrontó la carrera con doble objetivo: defender la general de Vingegaard ante un bloque potente liderado por Pogacar y buscar oportunidades de etapa. Simon Yates entregó la primera en el Día de la Bastilla con un movimiento lejano que llegó a meta. Ese triunfo marcó el tono de un Tour resistente, en el que Vingegaard se batió con Pogacar en alta montaña, pero el danés cedió finalmente ante su viejo rival.
Vingegaard terminó segundo en la general y, aunque ofreció una actuación sólida, quedó a más de 4 minutos de Pogacar. Queda por ver cómo intentará recortar esa brecha de cara a 2026.
Van Aert puso el broche en los Campos Elíseos, ganando la etapa final con autoridad tras soltar a Tadej Pogacar en la subida a Montmartre. Fue su primer triunfo en el Tour desde 2022 y le permitió cerrar 2025 con dos victorias de etapa en grandes vueltas.
Si el Tour trajo drama, la Vuelta a España aportó certeza. Desde la etapa 2, Vingegaard pareció inamovible. Ganó en las primeras jornadas de montaña, controló la carrera con solvencia y remató en la etapa 20 con final en Bola del Mundo justo cuando Joao Almeida amenazaba. Ese ataque selló su tercera victoria parcial y, en la práctica, el triunfo final. Concluyó con un minuto y dieciséis segundos sobre su rival más cercano, logrando su primera Vuelta.
El reparto secundario también brilló. Kuss, ya ganador de gran vuelta en 2023, fue paciente en la montaña y acabó séptimo. Jorgenson, con libertad para atacar, aseguró el décimo puesto. Visma colocó a tres corredores entre los diez primeros, un logro poco común que resume la profundidad con la que se presentó en España. En las tres grandes vueltas, el equipo firmó la general del Giro, un podio en el Tour de France y la general de la Vuelta, además de varias victorias de etapa memorables.
Pero faltó el maillot amarillo…
Fichajes y salidas
Con el cierre de la temporada, Visma miró a 2026 con una estrategia de fichajes enfocada más en afinar que en revolucionar. Las llegadas confirmadas incluían a Bruno Armirail, Owain Doull y jóvenes talentos como Timo Kielich, Tim Rex, Pietro Mattio, Davide Piganzoli y Filippo Fiorelli. El mánager Grischa Niermann describió a los nuevos como ciclistas “con hambre” que encajan en la identidad competitiva del equipo.
Las salidas afectaron al núcleo. Benoot, uno de sus clasicómanos más fiables, se marchó a Decathlon–CMA CGM. El velocista Olav Kooij le acompañó, una baja que debilita el bloque de velocidad pura de Visma. La sorprendente salida de Cian Uijtdebroeks rumbo a Movistar tiene implicaciones a largo plazo, dado su perfil de futuro líder para generales.
Otras despedidas, como Attila Valter, Dylan van Baarle y Thomas Gloag, restan experiencia y fondo de armario. Aun así, la actividad en el mercado reflejó confianza en su cantera y en la capacidad de reemplazar especialistas mediante crecimiento estructurado antes que con incorporaciones de alto coste.
Veredicto final 8,5/10
La campaña 2025 de Visma merece un sólido 8,5/10. Solo fallaron en dos objetivos: ganar el Tour de Francia y un monumento de primavera. Sin embargo, esos “casi” quedaron eclipsados por lo conseguido. La impresionante redención de Yates en el Giro, la victoria de Vingegaard en la Vuelta con autoridad, los triunfos parciales y grandes puestos de Van Aert, y las 40 victorias en el calendario con un segundo puesto en el ranking mundial.
Igual de importante, la estructura del equipo se mantuvo intacta, los roles internos siguieron funcionando y los resultados en Giro, Tour y Vuelta demostraron que su dominio en vueltas por etapas no se ha desvanecido.
Pero…
El maillot amarillo parece hoy más lejano que a inicios de año. Vingegaard llegó con una preparación completa para el Tour y no pudo incomodar a Pogacar. La cuestión es cómo presionarán al esloveno y al UAE en 2026.
Opinión de colaboradores
Fin Major (CyclingUpToDate)
Cuando Visma estuvo bien en 2025, fue devastador. Ver a Simon Yates poner el Giro patas arriba, o a Wout van Aert firmar por fin esas victorias de peso que persiguió toda la primavera, mostró al equipo en su versión más irresistible. Y Vingegaard en la Vuelta volvió a ser el corredor capaz de asfixiar una gran vuelta de principio a fin.
Esos picos fueron inolvidables, momentos que recuerdan por qué Visma sigue siendo uno de los grandes equipos modernos. Pero, incluso con todo eso, no veo una vía clara para que Vingegaard destrone a Pogacar en el Tour. La brecha no se cerró en 2025, si acaso se amplió, y no estoy seguro de qué cartas le quedan por jugar a Visma en julio.
Rúben Silva (CyclingUpToDate)
Me cuesta dar a Visma un 10, porque el listón que se imponen es altísimo. En la mayoría de equipos sí lo haría, pero les doy un 9. Esa victoria en el Tour de Francia lo cambiaría todo, pero lo cierto es que no puedes culpar a Jonas Vingegaard por no poder batir a Tadej Pogacar. Al final, desde hace años, él es el único que ha impedido que el esloveno encadene una década de dominio absoluto sin rival alguno.
Hay mucho de lo que hablar… En fichajes, el equipo sale perdiendo. Olav Kooij y Tiesj Benoot son bajas de peso, y también se resiente el ‘bloque medio’ con Uijtdebroeks, Gloag y van Baarle. Da la sensación de que el equipo no maneja el presupuesto que desearía; sus incorporaciones tienen potencial, pero claramente no están al nivel de otros grandes como Lidl-Trek o Red Bull - BORA - hansgrohe, que están invirtiendo millones cada año en líderes y estrellas ya consolidados.
2025, quizá corredor a corredor. Wout van Aert cumplió. En una era de Pogacar y van der Poel, y ahora también Mads Pedersen, van Aert pelea contra tres talentos generacionales y acabar cuarto en Flandes y Roubaix es, realísticamente, lo máximo a su alcance. Clavó el pico de forma, pero la decisión egoísta de buscar la victoria en A Través de Flandes para ganar confianza fue un golpe duro y un error de él y del equipo. Aun así, logró triunfos enormes y muy celebrados en Giro y Tour, lanzó a sprinters como Kooij y Brennan hacia sus propias victorias; fue absolutamente clave en el triunfo de Yates en el Giro y apoyó bien a Vingegaard en el Tour... Hizo lo que de él se esperaba.
Matteo Jorgenson ganó París-Niza, ejerció de gregario perfecto en Dauphiné, Tour y Vuelta para Jonas Vingegaard. Está en el sitio adecuado y encaja a la perfección en el equipo. Matthew Brennan es la nueva joya de la casa, producto del desarrollo de Visma y la gran apuesta de futuro lejos de la alta montaña. El equipo parece estar llevándolo por el buen camino.
Que Simon Yates ganara el Giro y además se llevara una etapa en el Tour de France; y que el fichaje de Victor Campenaerts, hoy otro de los hombres de máxima confianza de Jonas Vingegaard, haya sido tan acertado, demuestra que el equipo tiene afinada la preparación para las grandes vueltas. Su capacidad de rendimiento está a la altura de muy pocos y eso los mantiene arriba, sacando la mejor versión de muchos de sus corredores. Sepp Kuss también volvió a su mejor nivel cuando tocaba, con un brillante doblete Tour-Vuelta, ayudando a Vingegaard en momentos críticos.
Vingegaard volvió a ver su primavera truncada por una caída dura. Pero alcanzó de nuevo su máximo nivel en el Tour de France. Ser segundo tras Pogacar es, en esencia, lo máximo a lo que la mayoría puede aspirar; le faltó la victoria, pero cumplió. Ganó la Vuelta a España, una decisión inteligente del equipo, aunque no estuviera en su mejor versión. Si Visma es lista, no duda en enviarlo al Giro la próxima primavera. Cerrar el año con 40 victorias también es bastante respetable, especialmente teniendo en cuenta que
el equipo tuvo menos días de competición que cualquier otro World Tour este año.