"Podría parar ahora y ya sería el mejor que hemos visto": Excompañero de Tadej Pogacar se rinde al esloveno

Finn Fisher-Black nunca ha sido el protagonista, pero con solo 23 años ya ha visto de cerca a las figuras que definen el ciclismo moderno como pocos.

Desde sus primeras carreras WorldTour junto a Jonas Vingegaard, pasando por tres temporadas en UAE Team Emirates con Tadej Pogacar, y ahora con un futuro que lo colocará en el mismo equipo que Remco Evenepoel, Fisher-Black se ha convertido en un testigo silencioso del cambio de poder en el pelotón.

En el Domestique Hotseat, el neozelandés no dudó cuando le preguntaron si Pogacar podría ser ya el mejor corredor que ha visto este deporte. “Sí, definitivamente lo creo”, dijo. “Podría parar ahora y ya sería el mejor que hemos visto, en mi opinión. Pero creo que aún le queda bastante en el depósito”.

Es una afirmación llamativa, no de un analista o un excampeón, sino de un corredor que ha vivido dentro del entorno de trabajo diario de Pogacar.

La visión más reveladora de Fisher-Black no trata de los resultados de Pogacar, sino de lo que ocurre a su alrededor. En UAE, la jerarquía rara vez es ambigua. “Cuando Tadej está en la carrera, solo hay un cocinero y todos lo saben”, explicó.

Esa claridad no elimina la tensión. La reconfigura. “Es un nivel por encima en ese equipo, está completamente cargado”, dijo Fisher-Black. “Solo hay tres Grandes Vueltas y todos quieren una oportunidad. Tienen un puñado de corredores que pueden ganar una Grande en ese equipo. Así que, de forma natural, siempre va a haber momentos calientes”.

Es una descripción directa de los superequipos modernos, donde la profundidad genera oportunidad y fricción a partes iguales. Fisher-Black no lo presenta como un problema, sino como la realidad.

Más allá de la jerarquía, lo que más impresionó a Fisher-Black fue la capacidad de Pogacar para gestionar el caos. “En el ciclismo casi necesitas una mentalidad relajada porque fallan muchas cosas y tienes que adaptarte”, dijo. “Y él es brillante en eso”.

Esa adaptabilidad, según Fisher-Black, explica por qué Pogacar parece tan inmune a los días malos que persiguen incluso a los élite. “Este tipo no tiene muchos días malos y es en parte porque se adapta rapidísimo a cualquier ataque, caída o lo que le echen”.

Es una explicación técnica con apariencia de sencillez, que redefine el dominio como resolución de problemas más que como invencibilidad.

Fisher-Black también abordó una faceta de Pogacar que rara vez aparece en el análisis de carrera. A medida que crece su perfil, también lo hace la atención. “Hay gente que no ve ciclismo y ya sabe quién es”, dijo, recordando momentos en los que los compañeros intentaban formar una burbuja para llegar al mostrador de una cafetería.

Esa visibilidad tiene un coste. “Quizá esté un poco fatigado por ese lado, por estar realmente en la cima desde hace años”, admitió Fisher-Black. Aun así, separó la fama de la motivación. “En cuanto bajan la bandera, le encanta competir. Eso no se le va a acabar”.

Pogacar no fue el primer superclase al que se cruzó Fisher-Black. Antes de sus años en UAE, corrió junto a Vingegaard en lo que entonces era Jumbo-Visma, antes del dominio del danés en el Tour de France. “Son tipos normales”, dijo Fisher-Black. “Es lo que te das cuenta cuando cenas con ellos”.

Para un corredor que llegaba desde Nueva Zelanda, el salto fue grande. “Solo había visto a estos tipos por la tele”, dijo. “Así que al principio fue un shock pensar: vale, ahora corro para ellos”.

El último capítulo del singular punto de vista de Fisher-Black comienza en 2026, cuando Evenepoel se una a Red Bull - BORA - hansgrohe. Admite que aún no conoce personalmente al belga, pero su interés es evidente. “Por cómo compite en el grupo, se presenta bastante bien”, dijo Fisher-Black.

Con Evenepoel y Florian Lipowitz en la mezcla, Fisher-Black prevé que la competencia interna se intensifique. “El bloque de generales, los escaladores, ese departamento se está poniendo muy concurrido”.

Para un corredor que ha observado en silencio a las grandes figuras del deporte desde dentro, es simplemente otro asiento en la mesa. Y si su valoración de Pogacar sirve de guía, la historia quizá ya se esté escribiendo a su alrededor.