El equipo belga formado por
Lotte Kopecky y
Shari Bossuyt se ha proclamado campeón del mundo de madison femenina en Saint-Quentin-en-Yvelines en los Campeonatos del Mundo de Pista de la
UCI.
La carrera, que siempre es una de las más caóticas, se vio interrumpida al principio por una avería en la luz, lo que provocó que la recta de atrás quedara a oscuras y, tras un par de caídas, los corredores tuvieron que abandonar la pista y la carrera se detuvo. Tras una breve pausa, la carrera volvió a ponerse en marcha.
El equipo francés hizo las delicias del público local al tomar la delantera desde el principio, consiguiendo buenos puntos gracias a los sprints. De repente, Bélgica salió de la nada y ganó una vuelta y dos sprints, lo que le permitió sumar 30 puntos y situarse en la posición de la medalla de oro.
En medio de todo el caos de las últimas vueltas, se produjo un terrible accidente en el que Gran Bretaña y Nueva Zelanda cayeron al suelo violentamente. El marcador dio inicialmente 10 puntos a Francia por el sprint final y con ello la victoria, lo que provocó la euforia del público local. Sin embargo, parece que no se habían dado cuenta de que Dinamarca estaba en la pista y, una vez que el marcador se ajustó en consecuencia, se oyó un hondo suspiro de desencanto en el Vélodrome National: las belgas se coronaban campeonas del mundo mientras que las francesas se tenían que conformar con la plata. La medalla de bronce fue para Dinamarca.