El segundo mejor neerlandés, tras Mathieu van der Poel, en el Mundial de Gravel: "Le dije: 'Si necesitas algo de mí, dímelo'"

Gravel
lunes, 07 octubre 2024 en 23:00
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Todos vimos a Mathieu van der Poel brillar en el Mundial de Gravel a pesar de no llevar el mejor equipo posible para acompañarlo. Conquistó el octavo maillot arcoíris de su carrera, primero en esta disciplina. El que pasó desapercibido fue el segundo mejor neerlandés de la prueba. Se trata de Rick Ottema, que entró en meta en 14ª posición y fue el tercero entre los no profesionales.
Ottema, de 32 años, no es un novato en el pelotón, ya que lleva 13 años rindiendo a un alto nivel en varios equipos continentales neerlandeses. Este año ha sido quizás el mejor en la carrera de Ottema, con un 4º puesto en la Muur Classic Geraardsbergen (1.1) y un 16º en la Betcity Elfsteden Race (1.1) a principios de esa semana, tras caerse en la lucha por la victoria.
"Va muy bien, pero todavía no puedo situar todo lo que ha pasado", explica Ottema a WielerFlits. "La semana pasada fue agitada con la caída en la Elfsteden Race. Puede que no fuera del todo responsable que tomara la salida en el Mundial, fue una auténtica montaña rusa. Si tomas la salida, tienes ambición. Yo tenía el dorsal 69, así que empiezas delante. Había hecho un reconocimiento previo de los primeros cuarenta kilómetros, que fueron trepidantes. Tienes en la cabeza un escenario que podría salir completamente mal, pero en la zona montañosa me di cuenta de que podía pasar a todo el mundo y hacer el cruce del grupo dos al grupo uno".
Como resultado, Ottema se encontró rodando entre los grandes hombres del grupo de cabeza, a falta de cien kilómetros. "Pensé: ¿qué estoy haciendo aquí? De repente estaba en cabeza de carrera con grandes corredores de la primavera como Stuyven, Merlier y Van der Poel. Hubo un momento en el que rodaba muy cerca de Mathieu, lo que fue genial. Me preguntaba si él sabía quién era yo y pensaba en cómo podría ayudarle. Le dije: si necesitas algo de mí, dímelo. Al final, se marchó bastante rápido".
El propio Ottema se encontraba entonces, según él mismo, en la "caja de la autocompasión". "Cuando hubo un ataque, pensé que ya no podría mantener el ritmo. Pero después de eso, muchos tuvieron que dejarse ir y en el grupo perseguidor yo seguía siendo uno de los motores para mantener el ritmo. Debido a un pequeño resbalón y a un desviador torcido, perdí el contacto con el grupo que iba por el octavo puesto en la fase final. Cuando veo lo cerca que siguen del grupo de Stuyven, todavía me duele un poco. Pero sí, ha sido un domingo precioso y he tenido muy buenas piernas".