ANÁLISIS | ¿A qué se debe el idilio de Flandes con el ciclocross?

Pocas disciplinas hay en cualquier deporte más especiales que la del ciclocross. Con el motivo de la nueva temporada 2024/25, nos hacemos una pregunta: ¿a qué se debe el idilio de la región de Flandes con este tipo de ciclismo?

Artículo escrito por Fin Major: CyclingUpToDate.

El ciclocross es un deporte como ningún otro, que combina la resistencia atlética con la habilidad técnica, y las condiciones no podrían ser más apropiadas: tiene lugar de octubre a febrero, con frío y un tiempo impredecible como norma. Hay que derrapar en la arena, desmontar y cargar la bicicleta a hombros, y barro, mucho barro.

Mientras que el ciclocross es un deporte emergente en muchas partes del mundo, en la región de Flandes cuenta con seguidores entregados y una rica tradición. Pero, ¿por qué es tan popular allí?

Aunque el ciclocross es muy popular en Flandes, sus orígenes se remontan a Francia. Los inicios del ciclocross son casi tan antiguos como la propia bicicleta, y se remontan a principios del siglo XX, cuando los ciclistas empezaron a probar la robustez de sus máquinas en terrenos abruptos. La invención de este deporte se atribuye a Daniel Gousseau, soldado francés y más tarde secretario general de la Unión Ciclista Francesa. Gousseau recorría los bosques en bicicleta junto a su general a caballo, y pronto empezó a organizar carreras para que otros se unieran a él. En 1902, organizó el primer campeonato francés de ciclocross.

A pesar de sus orígenes franceses, fue en la región flamenca de Bélgica donde el ciclocross encontró su verdadero hogar. A mediados del siglo XX, Bélgica -especialmente Flandes- había adoptado este deporte, que se convirtió en una parte fundamental de la cultura ciclista del país.

La popularidad del ciclocross en Flandes está ligada a la larga historia de la región con el ciclismo. Bélgica siempre ha sido una potencia ciclista, con leyendas del ciclismo de carretera como Eddy Merckx y Tom Boonen, y Remco Evenepoel y Wout van Aert en los tiempos modernos. Las carreteras adoquinadas y los terrenos difíciles hacen del ciclismo una parte integral de la vida cotidiana, y esto se extiende a los recorridos embarrados y accidentados del ciclocross.

El ciclocross se convirtió en un deporte natural para los flamencos, sobre todo por su atractivo durante los meses de invierno, cuando las carreras en carretera son menos viables. Este deporte permite a los ciclistas mantenerse en plena forma durante la temporada baja, y sus exigentes condiciones se adaptan bien al duro clima del norte de Europa. Lo que para algunos puede parecer un clima brutal es el telón de fondo perfecto para los recorridos embarrados y duros del ciclocross.

El ciclocross goza de gran popularidad en la televisión de la región de Flandes, donde compite con el fútbol como uno de los deportes más vistos. En Bélgica, las pruebas de ciclocross atraen regularmente a un gran número de telespectadores, sobre todo durante el invierno, cuando el ciclismo de carretera se detiene. Pruebas como la Copa del Mundo de Ciclocross de la UCI y las series Superprestige dominan la programación deportiva, y los aficionados acuden a ver a sus héroes locales correr por las pistas.

En términos comparativos, mientras que el fútbol sigue siendo el rey en Europa, el ciclocross ocupa una posición única en Flandes. Es habitual que miles de aficionados hagan cola en los circuitos, desafiando el frío y la lluvia para ver a sus corredores favoritos. La creciente audiencia de este deporte es un verdadero ejemplo de lo arraigado que está en la cultura flamenca.

El éxito de los ciclistas flamencos en ciclocross no es casualidad. La región tiene una larga historia de producción de ciclistas de talla mundial, y el terreno y las condiciones climáticas son ideales para el entrenamiento de los corredores de ciclocross. Desde una edad temprana, los ciclistas belgas están expuestos al ciclocross, y muchos de los mejores ciclistas de carretera de Bélgica, como Wout van Aert y Mathieuvan der Poel de los Países Bajos, comenzaron sus carreras en este deporte.

El énfasis en la técnica, la potencia y la habilidad para manejar una bicicleta en condiciones impredecibles ha convertido a los ciclistas flamencos en maestros del ciclocross. Los recorridos, a menudo húmedos y embarrados, requieren desmontar, correr y volver a montar en la bicicleta constantemente, habilidades que los pilotos flamencos han perfeccionado a lo largo de años de práctica en su terreno local.

El ciclismo de montaña está en auge en todo el mundo y ofrece a los ciclistas la oportunidad de explorar nuevos terrenos con bicicletas diseñadas para condiciones difíciles. Pero, ¿en qué se diferencian las bicicletas de gravel de las de ciclocross? Aunque las dos bicicletas puedan parecer similares, existen diferencias clave. Según un artículo de Felt Bicycles, la principal diferencia entre una bicicleta de ciclocross y una de gravel es la geometría. Las bicicletas de ciclocross tienen ángulos más pronunciados para un manejo más preciso en circuitos técnicos, mientras que las de gravel están diseñadas para ofrecer comodidad en recorridos largos y accidentados. Las de gravel suelen tener más espacio libre para los neumáticos, lo que permite que los más gordos manejen rocas, tierra e incluso nieve.

Con las carreras de gravel ganando popularidad, algunos pueden preguntarse si suponen una amenaza para el ciclocross. Sin embargo, la respuesta es un claro no. El ciclocross sigue siendo el deporte para espectadores por excelencia, gracias a sus recorridos cortos e intensos que permiten a los aficionados ver pasar a sus corredores favoritos varias veces en una sola carrera. Las carreras de tierra, aunque emocionantes por sí mismas, suelen ser más largas y se extienden a lo largo de enormes distancias, lo que las hace menos atractivas para los espectadores. En Flandes, los dos deportes pueden coexistir, pero el ciclocross siempre tendrá un lugar especial en el corazón de los aficionados locales.

Cuando se habla del mejor corredor de ciclocross de todos los tiempos, muchos afirman que el título pertenece a Erik De Vlaeminck. De Vlaeminck, una leyenda belga, fue siete veces campeón del mundo de ciclocross, con más de 200 victorias en su carrera. Su dominio en las décadas de 1960 y 1970 contribuyó a consolidar el estatus de Bélgica como potencia del ciclocross. Era famoso por su habilidad técnica, su capacidad para leer una carrera y una racha de victorias aparentemente implacable.

Albert Zweifel, ciclista suizo, también fue cinco veces campeón del mundo de ciclocross durante la misma época. Sven Nys, otra leyenda belga, llevó el deporte a la era moderna, ganando dos campeonatos del mundo y nueve títulos belgas durante su carrera.

Pero en los últimos años, este deporte ha estado dominado por dos nombres: Mathieu van der Poel y Wout van Aert. Van der Poel, seis veces campeón del mundo de ciclocross, está ampliamente considerado como uno de los mejores ciclistas polivalentes de la historia, habiendo ganado también títulos mundiales en carretera y gravel. Su rivalidad con Van Aert, tres veces campeón del mundo de ciclocross, ha definido el deporte durante la última década. La temporada pasada, Van der Poel dominó el calendario, ganando 13 de las 14 carreras en las que participó, continuando su reinado en la cima de este deporte.

Mientras que el ciclocross goza de una inmensa popularidad en Bélgica y los Países Bajos, este deporte no ha alcanzado las mismas cotas en el Reino Unido, donde el cross country es más popular. La pregunta es: ¿por qué no se ha trasladado esto al ciclocross?

Uno de los factores podría ser cultural. La carrera a campo traviesa es desde hace mucho tiempo un deporte escolar en el Reino Unido, y su sencillez y accesibilidad lo han convertido en el deporte de resistencia de invierno por excelencia. En cambio, el ciclocross no sólo requiere una bicicleta, sino también una serie de habilidades específicas, y la infraestructura de apoyo a este deporte no está tan desarrollada como en Bélgica.

Sin embargo, hay indicios de que el ciclocross está creciendo en el Reino Unido. La victoria de Tom Pidcock en el Mundial de 2022 atrajo la atención sobre este deporte, pero cabe señalar que ni Van Aert ni Van der Poel compitieron en esa carrera, lo que disminuyó en cierta medida su impacto. A pesar de ello, el éxito de Pidcock, junto con la creciente popularidad de las carreras sobre gravel, podría ayudar al crecimiento del ciclocross en el Reino Unido, aunque sin duda será difícil que los corredores británicos alcancen a los de Bélgica o los Países Bajos.

El calendario de ciclocross está repleto de acción, y los aficionados no querrán perderse la Copa del Mundo, que arrancará en Amberes el 24 de noviembre. Diciembre y enero prometen un apretado calendario, que culminará con el Mundial 2025, que se celebrarán los días 1 y 2 de febrero en Liévin, Francia. Con la feroz rivalidad entre Van der Poel, Van Aert y Pidcock, esta temporada promete ser otra apasionante para los aficionados al ciclocross.

El ciclocross es algo más que un deporte en la región de Flandes: es una forma de vida. Su historia, la naturaleza desafiante de sus recorridos y la profunda conexión de la región con el ciclismo lo han convertido en el amado pasatiempo de invierno que es hoy. Ya sea luchando en el barro u observando desde la barrera, los habitantes de Flandes saben que el ciclocross es un deporte que realmente dominan.