Mathieu van der Poel es uno de los corredores más espectaculares del pelotón, un maestro en tres disciplinas diferentes y un ganador en todas ellas. Sin embargo, este ritmo no es algo que pueda mantenerse a largo plazo y el del
Alpecin-Deceuninck ha admitido que probablemente no se mantenga en activo hasta la edad de corredores como
Alejandro Valverde o
Philippe Gilbert, recientemente retirados.
"Creo que este año la fatiga mental es un poco mayor que la física. Realmente no queda mucho", dijo Van der Poel a Cyclingnews. "El Mundial de Gravel es algo que quería hacer porque es especial, pero lo siguiente se me ha hecho largo. Estaré contento si puedo tomarme un pequeño descanso después del viernes".
Esto llega después de un año 2022 increíblemente largo. Después de sufrir un desgarro en los Juegos Olímpicos de 2021, donde se estrelló en la carrera de XCO, se ha visto obstaculizado por problemas de espalda. Su temporada de ciclocross se vio truncada tras sólo dos carreras, ya que se vio obligado a tomarse un mes de descanso en enero lo que le apartó del off-road y puso en peligro su campaña de clásicas.
Aun así, tuvo un regreso increíble, volviendo al pelotón con un tercer puesto en la Milán-San Remo y ganando la Dwars door Vlaanderen y el Tour des Flandes. Justo después corrió todo el Giro de Italia, ganando una etapa, pasando algunos días de rosa y participando en varias escapadas. Quería correr el doblete Giro-Tour, pero la falta de descanso tras el Giro y una preparación menos buena le hicieron abandonar la Grande Boucle sin ningún resultado significativo.
Volvió a la competición y disputó el Mundial, donde su carrera de contrarreloj por equipos mixtos se vio obstaculizada por problemas mecánicos y caídas de sus compañeros de equipo. Las cosas no hicieron más que empeorar para el neerlandés, que tuvo un altercado con dos adolescentes en el hotel del equipo la noche antes de la carrera en ruta. Tras pasar por comisaria y no dormir, abandonó la prueba a los pocos kilómetros.
Volvió a la competición en el Mundial de Gravel, donde acabó tercero. Los planes para 2023 serán, sin embargo, muy diferentes. "Seguro que el año que viene sólo haré una Gran Vuelta", afirmó Van der Poel. "Creo que este año ha sido un poco excepcional porque tenía la oportunidad de conseguir la maglia rosa en el Giro, pero por lo demás haré lo mismo que en los años anteriores: sólo 10-15 carreras de ciclocross, luego me prepararé para la temporada de clásicas, después me tomaré un descanso e iré a por el Tour de Francia".
"Decidiré cuándo empieza mi temporada de ciclocross después de haber tenido un descanso, pero creo que será a finales de noviembre, en algún momento, pero no estoy seguro", reveló, mirando más allá de sus problemas de espalda y buscando volver a la disciplina en la que se ha convertido en un talento de clase mundial.
Ayer fue convocado a última hora para el Giro del Véneto, aunque no terminó la carrera italiana, probablemente su última de la temporada. "Estaba aquí de todos modos. Es difícil estar entrenando, así que preferí hacer una carrera para mantenerme ocupado, de lo contrario me quedo en el hotel todo el día, así que sólo dije que haría la carrera", comentó sobre su participación.
Se le cuestionó sobre su fatiga mental después de un año tan brutal, y van der Poel admitió que no se plantea llegar a la longevidad como algunos de los corredores que se han retirado recientemente del ciclismo. "Leí una entrevista con Serge Pauwels la semana pasada, en la que decía que la nueva generación sólo va a durar hasta los 30 años, quizá 35, pero no más como Gilbert y Valverde. Creo que eso tiene sentido", añadió.
"Creo que es la evolución del ciclismo. Si miras a Juan Ayuso, tiene 19 años y ya está en el podio de una Gran Vuelta. Para mí, no es posible hacer esto durante 15 años, pero eso es hablar por mí. Sólo puedo hablar por mí. Tal y como me siento ahora, definitivamente no seguiré hasta los 40 años", concluyó.