El año 2024 de
Tadej Pogacar es, sin discusión, el mejor de la historia del ciclismo. La estrella del
UAE Team Emirates ha ganado la triple corona (Giro de Italia, Tour de Francia y Mundial), dos monumentos (Lieja-Bastoña-Lieja e Il Lombardia), Stare Bianche, y un total de 25 victorias World Tour.
La temporada de Pogacar no podría haber sido mejor. Y no se trata de victorias cualquiera, dominando con monstruosos ataques en solitario, como el de 80 km en Strade Bianche, los 50 km en solitario en Lombardía y, cómo no, el espectacular
ataque a falta de 100 km en el Mundial.
Con todo ello, las malas lenguas hablan de doping y comparan al esloveno con figuras controvertidas como
Lance Armstrong. Mientras tanto, otros intentan disfrutar de la grandeza que están presenciando, poniéndole a la altura de
Eddy Merckx. El experto francés Marc Fayet explica las dos razones por las que al esloveno le cae odio.
"Todos los estudios conductuales, psicosociológicos y neurológicos lo confirmarán, el espectador de ciclismo está eternamente insatisfecho. La razón de este estado ya se conoce, es el resultado de la asociación de dos patologías graves, una llamada
'Síndrome de Merckxismo' y la otra
'Trauma Armstrongiano'", explica Marc Fayet en su
columna Cyclism'Actu.
"La primera nombrada, heredada de la época en que hizo estragos en el siglo pasado un famoso caníbal que sólo dejaba unas migajas de sucesos a sus oponentes (sobre todo a aquellos en los que él no participaba) y la segunda, sucesiva al reinado indiscutible de un tramposo en serie estadounidense que consiguió abusar de su mundo durante unas 15 temporadas".
"De estas dos épocas nació en primer lugar entre los reporteros-relatores una prosa basada en la expresión del hastío de tener que relatar día tras día, semana tras semana y temporada tras temporada la misma historia cada vez comenzando invariablemente con 'De repente Merckx aceleró y soltó a sus últimos compañeros de escapada'".
La superioridad de Pogacar cabrea
Hasta ahora, el dominio de Pogacar ha sido muy a lo Merckx. Tanto que muchos se negarían a aceptar que alguien ganara tan fácilmente: "Parecería que en 2024, estas dos enfermedades latentes emergieran de repente para convertirse en una sola y se apoderaran de todo el mundo del ciclismo, impidiéndonos disfrutar como es debido del advenimiento del mayor campeón ciclista del mundo", añade Fayet. "Es cierto que el chico que sonríe mientras pedalea tiene una facilidad desconcertante para ejercer su deporte, que se parece mucho más a un juego que a una apuesta".