Un experto cree que Tadej Pogacar aburre a las ovejas con su manera de ganar: "Estoy cansado de su superioridad"

Ciclismo
domingo, 13 octubre 2024 en 10:45
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Para Tadej Pogacar, la temporada 2024 ha llegado a su fin. Y no ha sido una cualquiera, ya que la estrella del UAE Team Emirates acaba de firmar el mejor año de la historia del ciclismo con una victoria en Il Lombardia que maquilla un curso donde también se ha llevado Giro de Italia, Tour de Francia, Mundial, Lieja-Bastoña-Lieja y Strade Bianche, entre otras carreras.
Los que pensaban que Pogacar iba a atacar en Comma di Sormano, a 50 kilómetros de la meta, pueden tachar sus cartones de bingo. Parecía que se iría incluso antes, pero el esloveno dejó disfrutar de un breve rayo de esperanza con Remco Evenepoel justo a su rueda durante un... momento. El resto es historia.
Como siempre, los elogios a la actuación de Pogacar llegaron de todas partes. Thijs Zonneveld no es una excepción, aunque lo hace admitiendo que le aburre su superioridad. En su columna para AD, escribe que está un poco harto del campeón del mundo. "Por muy bonitos que sean sus solos, por muy especial que haya sido su temporada: la superioridad ha sido demasiado grande", afirma.
Igual que en Lieja, igual que en el Giro de Italia, igual que en el Tour de Francia e igual que en el Mundial: fue un espectáculo de un solo hombre. "Otra vez. Ha dado tantos de esos este año que a veces tienes la sensación de estar viendo una repetición de la semana pasada o de la anterior. No importa lo extrañamente buenos que hayan estado Mathieu van der Poel y Remco Evenepoel a veces: no hay duda de quién es el mejor ciclista de esta galaxia".

Zonneveld, sobre el 2024 de Pogacar

"Desde una perspectiva histórica y deportiva, el año ciclista de Pogacar en 2024 será uno para recordar siempre", Zonneveld se deshizo en elogios brevemente, pero rápidamente se convirtió en irritación. "Casi todo ha ido bien. No se enfermó, no se cayó, no tuvo mala suerte en los momentos decisivos, nunca perdió el ritmo. Su nivel básico era tan absurdo y abrasador que ni siquiera nos dábamos cuenta de si estaba en forma o en plena forma. Nunca se cansaba. Yo sí me cansaba. De él. Y no creo que sea el único".

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