"Todos los juniors con los que hablo tienen representante": Más que seria preocupación por los jóvenes en el ciclismo

La carrera por encontrar a los próximos Remco Evenepoel o Tadej Pogacar se acelera, y altos cargos del World Tour han dado la voz de alarma ante las crecientes presiones que sufren los adolescentes llamados a convertirse en el futuro de este deporte. Sabemos que la UCI a día de hoy no hace absolutamente nada para controlar esto u otros aspectos del deporte.

Robbert de Groot, director de rendimiento del Visma - Lease a Bike, advierte que la lucha por fichar corredores júnior se ha vuelto tan intensa que casi todas las jóvenes promesas llegan ya a la mesa de negociaciones con representación. A su juicio, el entorno deportivo destinado al desarrollo de talentos está derivando hacia un terreno poco saludable. Movistar Team acaba de sacar su equipo de desarrollo.

"Todos los júniors con los que hablo tienen un seleccionador. Apenas queda ningún júnior con cierto nivel que no tenga uno", declaró De Groot a In de Waaier, reflexionando sobre los programas de desarrollo y la estructura júnior de la federación neerlandesa.

Ese cambio, señala, conlleva expectativas demasiado elevadas demasiado pronto: "Alguien recibe enseguida la etiqueta de talento y ya se espera algo de él. Eso genera presión de forma automática. El entorno también espera cosas. No creo que eso sea siempre saludable".

La demanda de prodigios ha transformado por completo el mercado del desarrollo. De Groot dejó claro que la batalla por el talento se extiende ahora mucho más allá de las fronteras nacionales y de los tradicionales centros de formación: "Red Bull, Trek, nosotros, Decathlon... somos grandes rivales entre sí y la batalla es intensa".

Esa competencia ha hecho que el Visma se quede sin algunos de sus objetivos. Michiel Mouris y Gijs Schoonvelde, dos jóvenes neerlandeses muy cotizados, han optado por fichar por Red Bull - BORA - hansgrohe. "Nos habría gustado contar con uno de ellos", admite De Groot. "Cada uno toma sus propias decisiones, pero seguimos muy interesados en incorporar corredores holandeses".

Las consecuencias de la obsesión del ciclismo por la juventud ya se dejan sentir más allá de las academias. El veterano belga Julien Vermote advirtió en Het Nieuwsblad de que la búsqueda constante del “nuevo Pogacar o Remco” corre el riesgo de despreciar la experiencia y de quemar a los jóvenes. “Todos piensan que, si no, se perderán al nuevo Pogacar o Remco. Pero no hay cincuenta como ellos por ahí”.

Vermote también criticó la creciente dependencia de los datos en detrimento de la intuición: “Todo se mide en vatios y zonas de frecuencia cardiaca. Pero las carreras todavía se ganan con el cerebro y la intuición... El hombre no es una máquina, y la gente parece olvidarlo. Una carrera no es un laboratorio. Se gana con el corazón, no con un algoritmo”.

Su reflexión encaja con la advertencia de De Groot: el sistema se ha vuelto más intenso, pero no necesariamente más humano.

Los grandes equipos invierten antes, buscan con mayor profundidad y contratan a corredores cada vez más jóvenes. Los equipos de desarrollo se asemejan a los antiguos conjuntos júnior, y estos, a su vez, adoptan estructuras casi profesionales. Las ventajas son evidentes: los caminos hacia la élite están más definidos y el apoyo es mayor. Pero las consecuencias —desde la tensión mental en adolescentes hasta la reducción de oportunidades para los veteranos— se han convertido en el nuevo eje del debate.

Para el jefe de rendimiento del Visma, proteger a los jóvenes en esta nueva realidad será tan importante como descubrirlos. La manera en que los equipos gestionen ese equilibrio podría definir la próxima era del pelotón.