Una de las grandes estrellas del pelotón World Tour en 2024 no ha sido otro que
Tim Merlier. El velocista de
Soudal Quick-Step añadió 16 victorias a su palmarés, incluido el
Campeonato de Europa de ciclismo en ruta. Sin embargo, el belga no cree que ese haya sido su mejor logro de la temporada, queriendo acordarse de sus triunfos en el
Giro de Italia.
"No hace falta decir que el Giro de Italia de este año ha sido mi mejor participación en una gran vuelta", reflexiona la estrella del Soudal Quick-Step en un análisis posterior a la temporada en la
página web oficial de su equipo.
"Llegué al inicio después de un excelente primer par de meses, con victorias en Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, pero también en las clásicas belgas, así que la confianza estaba ahí. Saber que tenía un gran equipo a mi alrededor, que incluía a gente como Julian Alaphilippe y Bert van Lerberghe, fue una importante inyección de moral, y sabía que era más que capaz de luchar por al menos una victoria de etapa", añade.
Como ya se ha mencionado, Merlier pudo hacer algo más que luchar por una victoria de etapa, consiguiendo el éxito en las etapas 3, 18 y 21. "Ganar el primer esprint masivo de la carrera, en Fossano, después de un duro final, me demostró que estoy al nivel necesario para estar ahí arriba en todas las etapas llanas, así que a partir de ahí, se trataba de mantener el impulso", explica.
"Sé que fue la 30ª victoria del Soudal Quick-Step en el Giro, todo ello aún más especial por el hecho de que mi familia estuviera presente en la meta. Al mismo tiempo, fue una victoria emotiva, porque mientras cruzaba la meta empecé a pensar en Wouter Weylandt, al que seguimos echando de menos después de todos estos años".
"Lo que me dio una gran alegría, además de las victorias de etapa allí, fue el hecho de que tenía piernas para luchar por un éxito al final de la carrera, como subraya mi victoria en Padua, que se adelantó al fin de semana final. Fue otro día agitado, pero mantuve la calma y la confianza, a pesar de que tuve que dar la vuelta tras iniciar mi esprint, y el resultado me hizo realmente feliz", señala el corredor de 32 años.
"Luego llegó Roma y, con ella, el final perfecto para un Giro de Italia inolvidable. No fue mi mejor día, después de sufrir en el Monte Grappa, pero encontré el hueco que necesitaba en el momento justo y esprinté a tope en los adoquines. Terminar la carrera con estilo, a la sombra del Coliseo, fue increíble y estoy orgulloso de haberlo podido hacer formando parte de un equipo muy especial".