Mattias Skjelmose regresa este fin de semana a las clásicas de un día y abrirá el tríptico de las Ardenas con una batalla este domingo por la tarde en la
Amstel Gold Race. Tras una actuación sólida, aunque no brillante, en la Itzulia , el líder del Lidl-Trek espera estar en condiciones de pelear por la victoria.
Después de su gran rendimiento en las Ardenas en 2023, Skjelmose dio un paso atrás notable hace un año. "Me ha faltado ese punch que tenía en 2023, pero esperamos que ahora regrese", explica el danés en una entrevista con Feltet.dk, al ser preguntado por su rendimiento más discreto de lo esperado en las Ardenas de 2024. "Perdí algo de peso el año pasado y también me faltó frescura por culpa de todas las caídas. Quizá eso fue lo que me pasó factura".
Este año, Skjelmose también ha sufrido caídas, aunque aclara rápidamente que no ha tenido lesiones importantes. "Solo algunos raspones por el asfalto, así que tuve bastante suerte", recuerda, refiriéndose a la caída que lo apartó de la lucha por el podio en la Itzulia. "Me sentía bien, pero me faltaba un poco más. Y justamente eso era lo que el País Vasco debía ayudarme a recuperar".
Sin embargo, aunque la Amstel Gold Race presenta muchas oportunidades para Skjelmose, hay un gran obstáculo que debe superar si quiere ganar: el maillot arcoíris. "Siempre es especial competir contra
Tadej Pogacar", comenta con optimismo. "Es un rival muy difícil, pero espero que logremos doblegarlo en algún momento. Puede que tengamos al único que realmente puede amenazarlo en la Flecha Valona".
Ese posible rival al que se refiere Skjelmose en la Flecha Valona es Thibau Nys. "La Flecha Valona es una carrera sencilla, todo se decide con las piernas. Creo que Thibau es uno de los mejores del mundo en subidas con esa longitud y pendiente. Pero dejaré la estrategia en manos de Kim Andersen (director deportivo de Lidl-Trek)", concluye entre risas el danés.