Puede que
Patrick Lefevere ya no sea el director general de Soudal Quick-Step tras su reciente retirada, pero el belga sigue siendo un apasionado seguidor del ciclismo. El viernes, Lefevere presenció el regreso triunfal del hombre en torno al cual construyó su equipo —Remco Evenepoel—, quien volvió a la competición en la Brabantse Pijl tras cuatro meses de ausencia debido a un accidente durante un entrenamiento.
"Tengo que admitir que el resultado de la Brabantse Pijl no me sorprendió. Hoy en día, me basta con ver la cara de Remco para saber qué hora es", comienza Lefevere su análisis tras la carrera en su columna para Het Nieuwsblad. "Me recordó a la Clásica de San Sebastián de 2022, cuando Evenepoel ganó en solitario, aunque Simon Yates aún seguía a su rueda en la última subida a Erlaitz. Lo soltó del mismo modo que a Wout van Aert esta semana: lenta pero inexorablemente, como un estrangulamiento suave. Ni siquiera te das cuenta de que está dejando atrás a su rival. Pero lo repetiré: nunca había visto a Wout van Aert tan abatido".
Aunque ya no forma parte del equipo, Lefevere continúa vinculado al ciclismo, y con frecuencia las cadenas de televisión que cubren las carreras recurren a su experiencia. "Estaba siguiendo la carrera como analista para RTL, así que tuve ocasión de sacar una de mis expresiones favoritas del argot ciclista francés: Remco est affûté. Está fino, afilado. Se nota en su rostro, y aún más en sus piernas", señala el veterano de 70 años.
Para Evenepoel, esta victoria representa un impulso anímico importante tras el grave accidente sufrido en diciembre, que lo dejó en el momento más bajo de su carrera. "Si, como dijo él mismo, estos últimos meses han sido los más duros de su vida, probablemente sea porque entrenó con muchísima intensidad", comenta Lefevere. "Su padre nos contó que Remco también pasó por momentos difíciles a nivel mental durante su recuperación. Así es él: vive con grandes altibajos emocionales. Es un reflejo de su tiempo, más expresivo y abierto que las generaciones anteriores. Pero las emociones siempre han formado parte del ciclismo. Johan Museeuw era un flamenco occidental de la escuela de 'los hombres no lloran', pero, a puerta cerrada, claro que lo hacía. Solo que entonces nadie hablaba de ello".
"Ya no soy el director general, así que ahora suelo mantener cierta distancia con Remco. Pero diría que mi relación con su familia es quizá mejor que antes. Hace poco cené con su madre, Agna, y todavía intercambiamos algún que otro mensaje con Remco por WhatsApp", añade el exjefe del equipo. "En uno de sus últimos mensajes me dijo: 'Siento como si no hubiera tenido invierno'. Y, a juzgar por su rendimiento, yo diría que, por suerte para los demás, así lo sintió. Imagina si no".