Tras conseguir una brillante victoria en el Giro de Italia 2023, Primoz Roglic lo celebró por todo lo alto en una alocada fiesta, según su compañero del Jumbo-Visma, Sam Oomen.
"Si llevabas un traje del Jumbo-Visma, ese día eras medio esloveno", recuerda el holandés de 27 años en el Live Slow Ride Fast. "Al final éramos un grupo de seis o siete personas en la fiesta. Y además, Primoz es un gran bebedor de cerveza, siempre que no sea sin alcohol. Porque eso no es normal, ¿eh?", ríe Oomen.
El dramatismo de la victoria de Roglic, que arrebató la maglia rosa a Geraint Thomas tras la contrarreloj individual decisiva de la 20ª etapa, hizo que Oomen, que ni siquiera debía formar parte del equipo, viviera una montaña rusa emocional mientras observaba. "El covid seguía dando vueltas dentro del equipo y llamaron a Jos van Emden cuando estábamos sentados juntos en la mesa. Grité que no iría de todas formas", cuenta Oomen. "El jueves por la mañana, dos días antes de la salida, recibí un mensaje de que quizá tendría que ir a Italia. Fue muy extraño".
"Teníamos mucha fe en Primoz, pero está en mi naturaleza seguir dudando. Él mismo lo dijo, sobre todo por todo lo sucedido en el pasado, incluso después de tener que cruzar la meta sano y salvo en Roma. Afortunadamente, toda la historia se unió, incluso cuando su ex compañero de esquí estaba parado en el lugar donde se le salió la cadena", continúa. "A las cuatro y media estaba en mi habitación y aún tenía que hacer la maleta. Y a las seis y media estaba de vuelta en el taxi".
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