La temporada 2025/26 de
ciclocross está siendo una de las más emocionantes que se recuerdan. Aún sin Mathieu van der poel ni Wout van Aert (a Tom Pidcock no se le espera), las carreras están siendo muy igualadas. Por ejemplo,
Toon Aerts se proclamó campeón de Europa tras batir al esprint a Thibau Nys, que no pudo defender el título conseguido el año anterior.
Aerts nunca ha rehuido dar una valoración honesta del deporte,
y en una amplia conversación con Humo ofreció uno de sus veredictos más francos hasta la fecha: el pelotón masculino actual en carretera ha caído en patrones previsibles bajo la dominancia de
Tadej Pogacar.
Aerts comentaba qué hace atractivo el deporte de élite cuando se detuvo en el férreo control del esloveno sobre las grandes carreras.
“Figuras así suelen tener más aficionados. Wout y Mathieu atraen al público; cuando toman la salida, siempre hay más gente. Thibau también es una figura de ese tipo, aunque aún no es dominante en términos de victorias. Lanza declaraciones que provocan reacciones y tiene más aura que el corredor medio”.
Luego llegó la frase que resonará entre los aficionados
que debaten si la supremacía de Pogacar suma o resta al espectáculo: “Pero quizá la variedad también lo hace interesante. En carretera, Pogacar gana todo. En mi opinión, eso es un poco aburrido”.
Es una valoración notablemente directa — sobre todo viniendo de un corredor que ha pasado gran parte de su carrera midiéndose con Wout van Aert y Mathieu van der Poel en los barrizales del ciclocross.
Pogacar y Aerts, campeones de Europa en carretera y ciclocross, respectivamente.
Aerts va a por más en la carretera
Paradójicamente, aunque Aerts cree que la élite de la ruta se ha vuelto previsible, su propia campaña en carretera de 2025 fue cualquier cosa menos eso.
La alianza entre su estructura de ciclocross y Lotto lo colocó por primera vez en el calendario WorldTour, y el belga admite que la experiencia le cambió por completo la perspectiva sobre lo que es posible. “Este verano descubrí las carreras en carretera del WorldTour. Eso le ha dado a mi carrera — especialmente a mi edad — un nuevo impulso. Incluso puede alargarla”.
A pesar de no verse nunca como un escalador nato, Aerts firmó actuaciones sólidas en vueltas como el Tour de Gran Bretaña y el Baloise Belgium Tour — resultados que le sorprendieron incluso a él.
“Este verano demostré en el Tour de Gran Bretaña y el Baloise Belgium Tour que puedo manejar tanto llegadas en alto como ascensiones de dos o tres minutos. Para un corredor con mi constitución y peso, nunca lo habría esperado”.
El cambio no fue solo físico. Aerts asumió el rol táctico de pilotar a los velocistas en finales tensos, algo que resultó clave durante la victoria de Lotto en el Renewi Tour con Arnaud De Lie. “La sensación que tuve entonces dentro del equipo — cuando puedes ayudar a guiar a un compañero hacia la victoria — es un subidón que me encantaría volver a sentir”.
El próximo objetivo está claro. Aerts y el equipo ya han empezado a trazar opciones para su primer estreno en una gran vuelta en 2026.
El belga se ve encajando en varios roles según las ambiciones del equipo para la general y las victorias de etapa. “Con Arnaud tenemos a alguien con quien podemos apuntar a triunfos de etapa, y con Lennert Van Eetvelt a alguien para la general. Ahora se trata de ver qué estrategia me encaja mejor”.
Por su capacidad para arropar a los sprinters, su sorprendente progresión en la escalada y una lectura de carrera cada vez más valiosa, Aerts cree que ahora aporta una versatilidad real al programa de carretera de Lotto.
Y aunque le parezca “un poco aburrido” el dominio de Pogacar, la reinvención de Aerts en la ruta está lejos de serlo. Un debut en una gran vuelta en 2026 sería el último capítulo de una de las segundas vidas más inesperadas del ciclismo belga.