No sabemos si en el futuro lo pagará. Miguel Indurain contó con la ayuda de varios equipos para perseguir a Laurent Jalabert en el
Tour de Francia de 1995 porque siempre dejó ganar a sus rivales.
Tadej Pogacar juega a otra cosa. Juega a llevárselo todo y así lo ha defendido antes de otra gran etapa de alta montaña en los Pirineos para la que es el gran favorito.
"No estoy aquí para hacer enemigos, pero esto es el Tour de Francia. No puedes echarte atrás si aparece una oportunidad para ganar una etapa. Nunca sabes cuándo será tu último día. Siendo sincero, el equipo te paga para ganar, no para regalar victorias", explicó.
Pogacar dejó claro que no considera su actitud como egoísta, sino como una forma de valorar el trabajo de quienes lo respaldan. "Tengo un gran equipo detrás de mí que trabaja todos los días de su carrera para que yo llegue al Tour. Si empiezo a dejar pasar oportunidades por decisión propia, el equipo no estaría contento. Si hay una opción, no puedo decir que no a una etapa en el Tour".
Además de reconocer la importancia de su entorno, también reflexionó sobre su legado y lo que espera para el futuro: "Al final, cuando termine mi carrera, probablemente no hable con el 99% del pelotón. Me enfocaré en mis amigos y mi familia".
Aunque se ha mostrado dominante en varias ediciones del Tour, Pogacar no se considera invulnerable: "Tuve grandes Tours esos años, gané etapas y fui segundo en la general. Pero también hubo momentos en los que otros pudieron sacarme tiempo. Nunca sabes si este será el Tour en el que tenga un mal día o si otros estarán mejor. No diría que soy intocable. Intentaré serlo, pero nunca se sabe".