El pasado martes, el
Mundial de Ciclismo en Ruta en Rwanda presenció una destacada victoria para los Países Bajos gracias a la impresionante actuación de Megan Arens. La joven ciclista de solo 18 años logró coronarse campeona mundial de contrarreloj en la categoría júnior, dándole a su país su primer oro en esta edición del campeonato.
Megan Arens completó el recorrido de 18,3 kilómetros en la capital rwandesa, Kigali, en un tiempo de 25 minutos y 47 segundos. El trayecto, que incluía la difícil subida de la Côte de Kimihurura, una empinada y técnica subida de adoquines, puso a prueba las habilidades de todas las competidoras.
Arens demostró una gran capacidad para gestionar la altitud y la dificultad del terreno, logrando un tiempo que la colocaba a la cabeza de la clasificación. En la clasificación final, Laura Fivé, ciclista belga de apenas 16 años, ocupó un meritorio décimo lugar.
Sin embargo, lo que realmente destacó de su actuación fue el apoyo recibido en plena carrera, lo que le permitió mejorar su rendimiento y alcanzar esa posición.
El gesto de Remco Evenepoel
Fivé, al igual que muchas otras ciclistas, experimentó problemas con su equipo. En su caso, los botines que había recibido para la competición le causaban molestias. En una situación que podría haber complicado su rendimiento, la joven belga decidió pedir ayuda a una figura muy especial:
Remco Evenepoel, el campeón mundial de contrarreloj en categoría masculina.
En una entrevista con el medio Sporza, Fivé explicó que los botines que había recibido no eran cómodos y que le causaban dolor. Además, temía que se rompieran si sufría alguna caída, lo que sería un problema ya que los necesitaba para la prueba de relevos mixtos del día siguiente. Fue entonces cuando, con una gran muestra de camaradería, se puso en contacto con el padre de Evenepoel para solicitarle sus zapatillas.
La sorpresa llegó poco después: Remco Evenepoel, quien el domingo anterior había logrado su tercer título mundial de contrarreloj consecutivo, apareció en persona para entregarle sus propios botines a Fivé. "No pasaron ni dos minutos y ya estaba allí", comentó una asombrada Laura, quien no podía creer que el propio campeón fuera quien le ayudara en ese momento de necesidad.
Remco Evenepoel se llevó el Mundial de contrarreloj por tercera vez consecutiva
El gesto de Evenepoel no solo fue un acto de apoyo hacia una compañera de profesión, sino una muestra de la importancia del compañerismo en el ciclismo. “Esto es realmente increíble. Estoy en shock, no lo esperas, pero él es un chico muy amable”, comentó Fivé.
Con sus nuevos botines, Fivé completó su contrarreloj de manera exitosa, a pesar de la dificultad de la altitud de Kigali. La ciclista belga comentó que, aunque sintió el impacto de la altura, la experiencia de correr con un plan de ritmo fue satisfactoria, especialmente al tratar de minimizar la resistencia en las descensos.