"Me aconsejó entre Soudal Quick-Step y Decathlon AG2R": Tadej Pogacar ayuda a otro joven prodigio del ciclismo esloveno

Mientras Tadej Pogacar sigue redefiniendo lo que significa dominar una Gran Vuelta en la era moderna, una nueva generación de ciclistas eslovenos avanza tras su estela. No solo se inspiran en sus éxitos, sino que, en algunos casos, reciben consejos directos de él. Entre ellos está Gal Stare, un prometedor júnior de 17 años, integrante del equipo de desarrollo del Soudal Quick-Step y vecino de Komenda, a escasos metros de la casa familiar de la superestrella del UAE Team Emirates - XRG.

La trayectoria de Stare, todavía en sus primeras páginas, refleja el momento que vive el ciclismo esloveno: un deporte no solo en auge, sino moldeado por los campeones que lo han llevado a la cima. "Tadej me dio algunos consejos el año pasado cuando tuve que elegir entre los equipos júnior de Soudal - Quick-Step y Decathlon AG2R La Mondiale Team", cuenta Stare a Wieler Revue. "Me recomendó Quick-Step. Dijo que es un buen equipo para desarrollarse y que en AG2R podría sentir más presión".

En la mayoría de países, recibir orientación personal de un ganador del Tour es algo casi imposible. En Eslovenia, sin embargo, empieza a formar parte de la cultura. Pogacar, Roglic, Mohoric… nombres que ya suenan a dominio, y tras ellos, una ola creciente de ciclistas júnior y sub-23 que no solo han crecido inspirados por estos referentes, sino muchas veces literalmente a su lado.

Stare creció en Komenda, la misma localidad que vio nacer a Pogacar: "Vivo a pocas casas de su familia. Sus padres son vecinos estupendos", relata. "Tadej no pasa mucho tiempo en casa, claro. Solo le veo en Navidad". Pero cuando vuelve, la localidad lo nota. "Hay una especie de 'turismo Pogacar': gente que viene de otras regiones, incluso de Italia, para montar aquí y ver los sitios relacionados con él. Es genial".

El auge del ciclismo en Eslovenia es tanto cultural como competitivo. El deporte se ha asentado en su estructura juvenil con clubes en expansión y una vía clara de formación, algo que el propio Pogacar celebra: "Cada vez más niños se unen a clubes, compiten y se interesan. Cuanto más participan, más probable es que alguno tenga la persistencia necesaria para llegar a lo más alto", declaró recientemente a S.Sportal.

Stare es uno de esos jóvenes. Monta en bicicleta desde los 4 años, y empezó a entrenar en serio a los 10 u 11, inspirado por su padre, Matej, ciclista desde hace más de una década. Hoy, con 17 años, ya ha vivido la experiencia de entrenar con un cuatro veces ganador del Tour. "Si voy a su rueda, me apaño", admite entre risas. "Pero si empieza con los intervalos, se acabó. Lo intenté un par de veces… no duré mucho".

La cantera eslovena es pequeña pero muy cuidada. Lo que la distingue no es solo el talento, sino la implicación de sus referentes. Pogacar no tiene obligación de guiar al joven del barrio, pero lo hace, con discreción y constancia. Así contribuye a escribir el siguiente capítulo del ciclismo de su país, no desde la supremacía inmediata, sino desde la continuidad.

Si Gal Stare y otros como él son un indicio, el camino ya está trazado. Y seguir la rueda de Pogacar sigue siendo, para cualquier joven ciclista, una muy buena idea.