La edición 2025 de la Vuelta a España Femenina arrancó con serias dificultades logísticas en Barcelona, donde la etapa inaugural —una contrarreloj por equipos— estuvo marcada por retrasos, confusión y una falta de coordinación que derivó en una jornada polémica. La situación afectó directamente a múltiples formaciones, como
Visma - Lease a Bike y Uno-X Mobility, cuyos cronogramas de salida se vieron alterados o incompletos por demoras en los controles técnicos previos a la carrera.
Según reportes, varios equipos se encontraron con bloqueos en el proceso de verificación de bicicletas a pesar de haber llegado con tiempo suficiente. Esta falta de previsión provocó que algunas escuadras tomaran la salida sin sus alineaciones completas o incluso con retrasos que alteraron su desempeño competitivo. La Unión Ciclista Internacional (UCI) y la organización del evento fueron blanco de críticas por la mala gestión de la logística en un evento de máxima categoría.
Una de las voces más críticas fue la de Pauline Ferrand-Prévot, múltiple campeona mundial y referente del
ciclismo femenino, quien expresó su descontento a través de redes sociales antes de eliminar el mensaje. En su publicación, cuestionó duramente la falta de profesionalismo de los comisarios, señalando que su equipo había cumplido con los horarios establecidos para los controles sin recibir la atención necesaria.
“Estábamos allí 20 minutos antes de la salida, pero dos de nuestras corredoras no pudieron estar listas. Lo comunicamos varias veces, pero el jurado no actuó con la celeridad requerida”, escribió Ferrand-Prévot. Lamentó que el esfuerzo de preparación de su equipo quedara en nada y denunció que el incidente comprometía la equidad deportiva del evento.
La corredora Anouska Koster (Uno-X Mobility) ofreció detalles adicionales sobre las demoras, indicando que su equipo fue víctima de un efecto dominó generado por retrasos acumulados de escuadras previas en el cronograma, particularmente por un incidente con
Movistar Team, señalado como el origen del cuello de botella según informes de
WielerFlits.
“Estábamos en el punto de control con más de 15 minutos de margen, pero el equipo que nos precedía llegó tarde, lo que retrasó nuestro proceso”, explicó Koster. “Al no tener indicaciones claras ni una cuenta regresiva visible, nos vimos obligadas a salir con diez segundos de retraso”.