Hace poco menos de un año, Lennard Kämna sufrió una caída entrenando que por poco le cuesta la vida. El alemán se encontraba en Tenerife preparándose para el Giro de Italia cuando tuvo un terrible accidente. Ahora se encuentra a pocos días de su regreso, de la mano del Lidl-Trek, que se hizo con sus servicios en el pasado mercado ciclista. Sus ambiciones son grandes, las de un hombre que ya sabe lo que es ganar una etapa en todas y cada una de las tres Grandes Vueltas.
En el momento de su accidente, Kämna estaba en plena forma y en camino de liderar el BORA - hansgrohe en el Giro junto a Dani Martínez. Consciente de los riesgos, se recordaba a sí mismo que debía tener cuidado en los descensos.
"Estaba en muy buena forma y en el buen camino para el Giro, mi gran objetivo", le dijo a Rouleur. "Cuando salgo a entrenar cada mañana en la isla española, me digo a mí mismo que tenga cuidado. En mi cabeza y en mi mente me digo: 'no arriesgues demasiado en los descensos'. Si ahora voy fuerte y tengo una caída, no me servirá de nada".
Entonces ocurrió lo impensable. Kämna fue atropellado por un coche en marcha y quedó ingresado en cuidados intensivos con múltiples costillas rotas, fractura de omóplato y escápula, traumatismo torácico grave y contusión pulmonar.
"Estaba pensando en ello [estrellarme] y entonces ocurrió de verdad. Fue muy raro".
Aunque seguía consciente, la gravedad de sus heridas hizo que casi no recordara nada de sus tres primeros días en el hospital.
"Siempre estuve consciente, pero sólo recuerdo 10 minutos de los tres días que pasé en urgencias. No sabía por qué estaba en el hospital, y era como: woah, de repente estoy aquí, pero ¿por qué? Tardé mucho en darme cuenta de lo que había pasado y de que no era un sueño, sino la realidad".
El desgaste mental y físico fue inmenso. Al principio, le costó asimilar la gravedad de sus lesiones, e incluso pensó en regresar a finales de temporada.
"Cuando me enteré de lo sucedido, me emocioné bastante. No sabía lo dramático que era y pensé que quizás el Giro no sería posible, pero que después podría estar en forma para tal o cual prueba. No podía meterme en la cabeza lo grave que era la lesión".
Pasaron 63 días antes de que pudiera volver a subirse a la bicicleta y, para entonces, ya había perdido mucha masa muscular. Su hermano se dio cuenta enseguida del peso que había perdido.
"Lo primero que dijo mi hermano fue: 'tío, no tienes buen aspecto. Estás demasiado delgado'".
Kämna agradece a su novia que le ayudara a mantener su peso durante los dos meses que pasó en el hospital.
"Sin su aporte de alimentos desde el exterior, habría tenido un 5% de grasa corporal. Aunque no estaba haciendo mucho, mi cuerpo seguía necesitando muchas calorías para mi recuperación."
Aunque la parte inferior de su cuerpo quedó relativamente intacta, las lesiones de la parte superior le impidieron moverse correctamente durante semanas.
"Mis piernas estaban bien y al cabo de unos días podía ponerme de pie y caminar un poco con algo de ayuda", dijo. "Pero durante las primeras cuatro semanas ni siquiera fui al jardín del hospital: me quedé en la misma planta".
Cuando por fin volvió a subirse a la bici, volvió a sentirse natural.
"La primera vez que monté fuera fue una sensación estupenda, de alegría. Me sentí muy feliz. Y me sentí muy natural. Como me olvidé de todo, no me asustaba descender ni rodar fuera".
Sin embargo, volver a las carreras de élite era un reto mucho mayor.
"Después de todo el tiempo que pasé en el hospital y en rehabilitación, estaba en muy buena forma para una persona normal, pero muy lejos de ser un atleta profesional. Además, me llevó algún tiempo volver a tener la mentalidad de un atleta profesional. Me subía a la bici y podía entrenar, pero estaba muy lejos de hacer el programa de entrenamiento diario de un proatleta. No estaba preparado para el deporte de resistencia de alto rendimiento, ni física ni mentalmente".
En agosto de 2024, Kämna tomó la difícil decisión de abandonar el BORA - hansgrohe tras cinco temporadas y nueve victorias, optando por unirse al Lidl-Trek para empezar de cero.
¿Fue difícil marcharse?
"No", dijo sin rodeos. "En un momento dado, por supuesto que habría sido difícil, pero tal y como fue al final estoy muy contento de haber podido irme".
Aunque sigue guardando respeto por su etapa en BORA, las circunstancias que rodearon su lesión hicieron que su marcha fuera incómoda.
"En general, tuve una buena relación con el equipo. Me gustó la salida, tuve un buen entrenador, una buena relación con todos los corredores y me sentí cómodo. Pero cuando ocurre algo así, nunca es perfecto para ninguna de las partes. Seguro que el final no fue lo que uno deseaba después de una larga y buena química anterior. Pero no fue un final agradable. Estuve cinco años en BORA, pero tuve un accidente de mierda y no corrí el último medio año. No fue el final que ni yo ni BORA esperábamos".
Con Lidl-Trek, Kämna tiene ahora una nueva oportunidad de reconstruirse.
"Decidí firmar por muchas razones. Sólo puedo decir que estoy muy contento de estar aquí. Saben que tuve este accidente y las expectativas no son muy altas para Catalunya, pero la esperanza y las expectativas son que volveré a mi antiguo nivel."
De cara al futuro, Kämna vuelve a tener ambiciones de Gran Vuelta, aunque su regreso al Tour de Francia sigue siendo incierto.
"Muchas cosas tienen que salir bien, y soy totalmente consciente de que no es una tarea fácil estar ahí".
Su principal objetivo sigue siendo el mismo: ganar grandes carreras.
"Quiero volver a ganar etapas del Gran Tour y otras carreras, ése es mi gran objetivo. Tengo la sensación de que me ayuda estar en un entorno nuevo y empezar de cero. Tengo confianza en el futuro".
Tras una experiencia angustiosa, Kämna sabe lo afortunado que es de volver al pelotón profesional.
"Al final, tuve mucha suerte con el resultado. Que pueda sentarme aquí y volver a hacer deporte profesional es increíble. Es algo muy grande".