En un deporte definido por los vatios, las tácticas y las ganancias marginales, es raro ver a un campeón del World Tour cambiar el crisol del pelotón por las páginas de un libro de cuentos para niños. Pero eso es exactamente lo que ha hecho
Tadej Pogacar y, como no podía ser de otra manera, no lo ha hecho solo.
Este verano, Pogacar y su compañera, la también profesional eslovena
Urska Zigart, se convirtieron en las estrellas de Las aventuras de Pogi y Pika, un vibrante libro infantil publicado en Eslovenia. Con autoría de Uroš Grilc e ilustraciones de Gregor Goršič, el libro reimagina a la poderosa pareja no como atletas de élite, sino como aventureros de cuento de hadas, pedaleando por mundos mágicos, superando a dragones y gigantes, todo ello desde los sillines de sus fieles bicicletas.
Aunque pueda parecer un encantador desvío de los rigores de las carreras profesionales, el proyecto es cualquier cosa menos frívolo. Se trata de un esfuerzo calculado y sincero para canalizar el creciente perfil público de la pareja en algo duradero: una herramienta cultural para inspirar a la próxima generación de jóvenes ciclistas, especialmente en su país de origen.
Más allá del podio
El palmarés de Pogacar no necesita presentación: cuatro victorias en el Tour de Francia, multitud de triunfos en el Monumento y el codiciado maillot arco iris en 2024. Su dominio sobre la bicicleta le ha convertido en un nombre muy conocido en Eslovenia y en un embajador mundial de este deporte. Zigart, que actualmente corre para el AG Insurance-Soudal, se ha labrado su propio camino, progresando de forma constante en el pelotón femenino y convirtiéndose en una firme defensora de la igualdad de género en el ciclismo.
En Pogi y Pika, no es la fuerza o las armas míticas lo que lleva a la victoria, sino la cooperación, la perseverancia y, por supuesto, el ciclismo. Mientras que la mayoría de los cuentos infantiles recurren a espadas o hechizos, éste pone las dos ruedas en el centro de la historia. Es un mensaje sutil pero poderoso: el ciclismo no es sólo un deporte; es un vehículo para la imaginación, la independencia y la aventura.
Los creadores del libro son francos sobre su intención educativa. Mientras Eslovenia sigue disfrutando de su estatus de potencia ciclista -gracias a ciclistas como Pogacar, Primoz Roglic y Matej Mohoric-, hay un impulso para convertir ese éxito en crecimiento de base. El objetivo de Pogi y Pika es animar a los niños a salir a la calle, pedalear y soñar a lo grande, ya sea montando en su primera bicicleta o persiguiendo el amarillo en París.
Zigart fue el primero en felicitar a Pogacar tras su victoria en el Campeonato del Mundo
¿Viajará la historia?
De momento, Las aventuras de Pogi y Pika sólo está disponible en esloveno, aunque es probable que haya interés por parte de editoriales internacionales. Dado el atractivo universal de la historia -y la base mundial de fans que Pogacar ha cultivado- una edición en inglés parece casi inevitable.
Y si traspasa las fronteras, podría suponer un paso importante en la expansión de la huella cultural del ciclismo. La mayoría de los grandes deportes tienen un canon de libros infantiles y medios de comunicación diseñados para alimentar la afición desde una edad temprana. En cambio, el ciclismo se ha quedado rezagado en este ámbito, más asociado a relatos de sufrimiento y sacrificio para adultos que a las maravillas de la infancia.