Cada vez que Lance Armstrong habla sube y el pan y hace unos días volvió a desatar la polémica en una conversación con la estrella de Jackass Steve-O.
En primer lugar la entrevista se centró en lo que la empresa US Postal, el sponsor con el que ganó 6 Tour de Francia, le pidió como indemnización tras su positivo por dopaje y la pérdida de los títulos:
"Querían 100 millones de dólares de mí. Que no tenía. Eran 107 o 111 millones de dólares. Eso incluía abogados caros, avales firmados y cosas así- Era mucho. Me convencieron de que había un cinco por ciento de posibilidades de que efectivamente tuviera que pagar, aunque yo suponía que el porcentaje era cero. Después de cinco años, finalmente llegamos a un acuerdo (en torno a los 5 kilos)".
El texano cuenta además como se repuso con una inversión que volvió a asegurar el futuro económico de su familia:
"Viví en la incertidumbre durante un tiempo, pero invertí pronto en Uber. Cuando la empresa acababa de empezar, eso salvó la calidad de vida de mi familia, por así decirlo. Aquella inversión fue jodidamente mágica. Ya no soy accionista, pero ahora vale 70.000 millones de dólares. Invertimos cuando valía 3,5 millones de dólares. Puedes hacer las cuentas. Para ponerlo en contexto".
Como no, tenía que llegar la pregunta sobre el dopaje. Armstrong en este caso explicó algo que no nos sorprende, que no es demasiado fan de las agencias antidoping:
"Entiendo su pregunta, pero debe tener algunos guardarraíles. No soy un fan de estas agencias que hacen cumplir las cosas principalmente porque creo que son ineficaces. Gastan mucho dinero y no son tan eficaces, pero eso no significa que debamos decir que todo el mundo puede hacer lo que quiera. No creo que se deba hacer eso".
El director del podcast The Move, eso sí, aseguraba que está en contra de que los deportistas hagan lo que quieran:
"No debemos dejar que los atletas hagan lo que quieran. Entonces corren riesgos enormes. ¿Exactamente hasta qué punto es peligroso el dopaje? Steve-O, esto no tiene ni pies ni cabeza. Y te diré por qué. El COI lo controla todo; todos los deportes forman parte de él porque forman parte del movimiento olímpico. Y eso es bueno".
Por último, reflexionó sobre su legado, dejando entrever que pese a que en estos momentos si entras en Wikipedia los Tour de Francia que él ganó no tienen ganador tras su sanción y la decisión de la UCI de no darle el triunfo a los que acabaron segundos, eso podría cambiar en el futuruo:
"Oficialmente, dicen que no gané ninguno. Afirman que no hubo un vencedor, que ese capítulo está en blanco. Pero la historia nunca es definitiva, siempre se está reescribiendo, y algún día la verdad saldrá a flote. A esta altura, me tiene sin cuidado lo que diga la historia. Lo que realmente valoro es haber estado junto a los que lucharon conmigo, los que enfrenté. A quienes vencí, a quienes quise vencer, y a quienes jamás me nació abrazar. Si hablas con ellos, sabrás quién fue el verdadero campeón. Lo que viví fue tan intenso que, tarde o temprano, la historia tendrá que ajustarse. Puede que para entonces yo ya no esté, y eso no me preocupa. La historia nunca está terminada. Y muchos de los que hoy aseguran haber estado ahí, solo lo hacen para sentirse más importantes".