El Consorcio Internacional sobre el Deporte Femenino (ICFS) ha publicado una carta abierta en la que pide cambios en la UCI para "abordar la injusticia y la falta de equidad para las corredoras que el mundo está presenciando actualmente en los deportes ciclistas".
Esto se produce tras la victoria de
Austin Killips, una atleta transexual, en el reciente Tour de Gila. A pesar de tratarse de una carrera de 2.2, la victoria de Killips ha suscitado numerosas reacciones en contra, e incluso se ha llegado a declarar ganadora a Marcela Prieto, segunda clasificada. La situación llevó a Killips a restringir el acceso a sus redes sociales, y a la carrera estadounidense a tener que restringir también la actividad en las redes sociales debido a la cantidad de comentarios insultantes que se lanzaron hacia ambas.
La ICFS considera a Killips un atleta masculino y considera que esto "destruye la integridad de la categoría femenina", argumentando que el número de atletas transexuales está aumentando en Norteamérica, que el método de supresión de testosterona (que es, por el momento, la principal forma de control sobre la elegibilidad para competir de estos atletas específicos) sólo mitiga mínimamente la cuestión.
Aunque recientemente se ha prohibido a varias corredoras participar en La Vuelta Femenina debido a la decisión de la federación española sobre su salida de la Selección Española de Ciclismo a Zaaf por falta de pago, el tema no ha salido a relucir. La ICFS añade que "la inclusión de ciclistas masculinos en la categoría femenina es inaceptable y debe terminar".