El polémico final de la
Vuelta a España 2025 sigue dando mucho de lo que hablar. La suspensión de la etapa 21 por las protestas pro-Palestina provocó imágenes nunca vistas en el ciclismo. Miles de personas se colaron en el recorrido y arrasaron con todas las vallas. Para el ex ciclista danés,
Michael Rasmussen, estos hechos amenazan con la seguridad del ciclismo a largo plazo.
Rasmussen ha advertido de que el ciclismo puede estar abocado a un cambio fundamental después de que la Vuelta a España se viera interrumpida en repetidas ocasiones por la presencia del equipo
Israel - Premier Tech. Ha sugerido incluso que en un futuro el acceso a las carreteras ya no será gratuito para lidiar con este tipo de conflictos.
En su intervención en Viaplay, la antigua estrella del
Tour de Francia plantea la posibilidad de que el ciclismo evolucione hacia formatos de circuito cerrado, con barreras, venta de entradas e incluso controles de seguridad similares a los de los estadios.
"Podríamos llegar a situaciones en las que se convirtieran en carreras de circuito, en las que hubiera que colocar barreras a una distancia tal que se convirtiera de hecho en un estadio cerrado", comienza señalando Rasmussen.
"Estoy pensando en términos muy extremos: que la gente tenga que comprar una entrada y, como en un estadio, someterse a controles de seguridad".
Las protestas pro-Palestina boicotearon la Vuelta a España
Críticas a la UCI
Aunque la UCI condenó finalmente las protestas como "una grave violación de la Carta Olímpica y de los principios fundamentales del deporte", Michael Rasmussen cree que el organismo rector del ciclismo actuó con demasiada lentitud:
"Desde un punto de vista oficial, algunas personas han metido la cabeza en la arena. Creo, por ejemplo, que la UCI ha sido enormemente pasiva durante toda esta saga", argumenta.
Si la UCI se mostró indolente, el Gobierno español hizo todo lo contrario. El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llegó a elogiar a los manifestantes, calificando a España de "ejemplo y orgullo" por su defensa de los derechos humanos.
Esa postura desató aún más críticas, incluida la del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que acusó a Sánchez de alentar la violencia. Rasmussen se ha hecho eco de las críticas: "Es catastrófico incitar e incluso elogiar a los manifestantes por sus acciones", opina.
Michal Kwiatkowski ya ha expresado su temor de que el ciclismo pueda ser explotado como escenario de protesta, con graves consecuencias deportivas. Rasmussen comparte esa preocupación, aunque admite que un modelo de estadio cerrado con entradas es poco realista, dado que las grandes vueltas discurren por pueblos y ciudades.