La caída fue dura, el golpe, aún más. Pero
Olav Kooij no se rinde. Apenas semanas después de fracturarse la clavícula en la
Gante-Wevelgem, el joven velocista neerlandés de 23 años ya vislumbra su regreso. Y no será en cualquier carrera: su equipo,
Visma - Lease a Bike, aún lo tiene en los planes para el próximo
Giro de Italia, que arranca el 9 de mayo.
Kooij había iniciado la temporada 2025 con paso firme, consolidándose como uno de los sprinters más consistentes del pelotón. Se coronó en el Tour de Omán, fue segundo en la clásica Kuurne-Bruselas-Kuurne, y conquistó con autoridad una etapa en la siempre exigente Tirreno-Adriático. Su octavo puesto en la prestigiosa Milán-San Remo terminó por confirmar que está listo para competir con los mejores.
Pero todo cambió en un instante en las Plugstreets. En un momento clave de la Gante-Wevelgem, justo cuando Mads Pedersen lanzaba su ofensiva, Kooij respondió con fuerza y se colocó a su rueda. La batalla prometía ser épica… hasta que una curva mal tomada lo mandó al suelo, dejándolo fuera de juego cuando el grupo decisivo comenzaba a tomar forma. Así, el mejor sprinter del Visma quedó al margen de una de las grandes oportunidades del año.
A pesar del accidente, el equipo no ha perdido la fe. Kooij continúa figurando en la alineación provisional para la Corsa Rosa, donde podría volver a escribir su historia. El Giro le trae recuerdos agridulces: en 2024 se apuntó una valiosa victoria de etapa, uno de los pocos momentos de gloria en una edición difícil para su escuadra.
Este año, buscará revancha acompañado por una de las grandes figuras del pelotón:
Wout van Aert, quien sigue persiguiendo su primer triunfo en lo que va de temporada. Juntos, podrían formar una dupla temible en la lucha por las etapas llanas. Si todo marcha según lo previsto, Kooij podría estar de nuevo en la línea de salida en apenas unas semanas.