Puede que Jeff Novitzky no sea un nombre conocido para el aficionado habitual al ciclismo, pero el hombre al que el presidente de la UFC, Dana White, presenta a la gente como "el tipo que acabó con
Lance Armstrong", ha tenido un impacto inconmensurable en el deporte que conocemos y amamos.
Antes de ser Vicepresidente Senior de Salud y Rendimiento de los Atletas de la UFC, Novitzky fue agente federal y dirigió la investigación criminal sobre Lance Armstrong y su, en aquel momento sospechoso, uso de drogas para mejorar el rendimiento en el ciclismo profesional.
Cuando Armstrong hizo su revelación en el programa de Oprah Winfrey de que se había dopado mientras conquistaba el mundo del ciclismo, la investigación criminal de Novitsky sobre la estrella se cerró en silencio. "Aunque fue decepcionante, en última instancia creo que se cumplió el mismo objetivo, que no era sólo sacar a la luz a Armstrong y al US Postal Cycling Team, sino a todo el ciclismo profesional y lo que realmente estaba ocurriendo", explica Novitsky a BBC Sport. "Se le mira y aunque se pueda decir que no tuvo que pagar por ello después de que se cerrara la investigación criminal, no creo que eso sea exacto".
Por supuesto, Armstrong fue despojado de todos sus títulos y, de la noche a la mañana, pasó de ser uno de los mayores héroes del deporte a convertirse en su mayor villano. "Fue despojado de todos sus títulos, todavía hoy se le considera uno de los mayores caídos en desgracia del deporte profesional, y tendrá que vivir para siempre con ese legado", explica Novitzky.
A pesar de que su duro trabajo en la investigación federal no terminó en la condena que él hubiera deseado, Novitzky había impresionado a la gente y poco después se unió a la UFC para ayudarles en su lucha contra el dopaje, donde desde entonces se ha ganado el apodo de "el soplón de oro".
"En cierto modo lo acepté y creo que mucha gente aprecia cuando tienes un poco de sentido del humor", dice Novitzky sobre el apodo. "Ya sabes, chivato no es necesariamente el mejor apodo, pero al menos es uno de oro".
"Cuando se pilla a alguien haciendo trampas intencionadamente, ése es el objetivo de este programa, pero a mí no me da mucha alegría", prosigue Novitzky. "Cuando veo que llegan estos análisis positivos, reflexiono sobre mí mismo y me digo: '¿qué no hice bien para convencer a este deportista de que si iba a seguir este camino, le iban a pillar? Así que nunca aplaudo ni doy saltos de alegría, creo que el lado de la decepción supera con creces al de la satisfacción."