Geraint Thomas podría estar disputando su última temporada en la carretera, aunque parece que está cambiando de opinión y podría renovar un año más con
INEOS Grenadiers. Esta temporada correrá el
Giro de Italia y no el
Tour de Francia, en gran parte por el recorrido.
"Nunca reflexionas cuando estás ocupado compitiendo, pero cuando te acercas al final de tu carrera, echas la vista atrás para ver lo que has hecho. Pero no quiero dormirme en los laureles, siempre tengo que seguir adelante", dijo Thomas en una extensa entrevista con Cyclingnews. "Hay gente en el equipo que intenta ascender, pero uno quiere mantenerse delante de ellos, en una especie de sana competencia. Quiero seguir rindiendo y eso incluye el Giro".
El ganador del Tour de Francia de 2018 parecía haber puesto fin al mejor momento de su carrera, pero se recuperó de forma asombrosa el pasado verano al hacerse con la victoria en el Tour de Suiza y completar el podio del Tour junto a Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar. En un terreno en el que actualmente se sube más rápido de lo que lo hacía el galés hace cinco años, fue un resultado quizá igual de impresionante, ya que a sus 36 años conserva un nivel increíblemente alto. Espera volver a tener pronto las mismas piernas en la Corsa Rosa, pero su pasado con la carrera no es tan brillante.
"Sólo he tenido mala suerte dos veces y espero que no sean tres. Así son las cosas; hay altibajos y, desde luego, en mi carrera, eso es lo que hace que las subidas sean aún más dulces", afirma. Tanto en 2017 como en 2020 aspiró a la maglia rosa, pero abandonó la carrera. La última vez que completó el Giro fue en 2012. "Espero que 2023 sea un buen año, ese es el plan. También quiero intentar disfrutarlo todo y ojalá estar ahí arriba, en el meollo de la carrera".
Sin embargo, Thomas no deja que la mala suerte del pasado le afecte, y se centró en la carrera italiana desde el invierno, al ver que el recorrido le favorecía mucho más. "Me encanta correr en Italia", admite también. "Es donde empezó para mí como profesional y me encanta todo: los aficionados, la comida y el ambiente. Es un estilo de carrera diferente comparado con el Tour y también es un poco menos intenso".
Tras correr el Tour Down Under, retomó la preparación, pero se vio lastrado por una enfermedad que sólo le permitió volver a la competición en la Volta a Catalunya, pero en una forma muy modesta. "Los problemas y los antibióticos me han estancado un poco, pero he hecho todo lo que he podido", explica. "Todo lo que puedo hacer es seguir trabajando duro y llegar a la línea de salida en la mejor forma que pueda, y luego ir a partir de ahí. Tal y como es la última semana del Giro, sabemos que allí pueden pasar muchas cosas".
Ahora corrió el Tour de los Alpes como último paso hacia el Giro, donde terminó 15º pero dio buenas muestras al ayudar a Tao Geoghegan Hart a conseguir la victoria en la general. El INEOS controló toda la carrera, pero el mes que viene la competición será diferente. Para que Thomas pueda luchar por la clasificación general necesitará dar otro paso en cuanto a su forma, pero aún no hay urgencia ya que el Giro se decidirá en una brutal última semana. Los extensos kilómetros contrarreloj al principio le vendrán bien, aunque también disfrutarán Remco Evenepoel y Primoz Roglic.
"Es un recorrido duro, la última semana es muy dura, pero sabía que lo sería. Tiene tres contrarrelojes, pero la última es una subida de montaña, así que no es una contrarreloj de verdad, ¿no? Es bueno tener las dos primeras en el Giro. Me encantan las contrarrelojes en las Grandes Vueltas, creo que merecen un lugar, por eso me decepcionó el recorrido del Tour de Francia", concluyó. El Tour sólo presenta algo más de 20 kilómetros contra el reloj que son montañosos, y los retos presentes en el Giro lo convirtieron en una elección obvia para el corredor del INEOS Grenadiers.