No estaba en el guion que
Oscar Onley terminara 4º en el
Tour de Francia 2025. Hace apenas unos meses, el joven escocés de 22 años era visto como una promesa con un motor potente y un perfil discreto. Sin embargo, tras una ronda gala en la que ha resistido junto a los mejores escaladores del mundo, afrontando terrenos extremos y sin un equipo centrado en la clasificación general, se ha convertido en un serio aspirante a grandes carreras y ya piensa en sus próximos objetivos.
"Cuando empecé el Tour, no había ningún enfoque en la general", explicó la estrella del
Team Picnic PostNL en el pódcast Watts Occurring con Geraint Thomas y Luke Rowe. "Sabía que la primera semana me favorecía, así que intenté buscar resultados en el pelotón, pero tampoco podía permitirme perder tiempo en las jornadas clave".
Con el paso de los días, la situación cambió. Donde otros cedieron, Onley se mantuvo firme. Llegó a la contrarreloj séptimo en la general, a tan solo 55 segundos del maillot amarillo de Mathieu van der Poel. Aunque un rendimiento sólido pero sin brillo le dejó momentáneamente fuera del top 10, en apenas 48 horas volvió a estar en la pelea… y no la abandonó hasta París.
Su progresión no estuvo exenta de momentos críticos. En los Alpes, especialmente en el Col de la Loze, vivió una jornada límite: "Pensé que se habían acabado mis opciones de estar entre los cinco o seis primeros. Felix Gall estaba por delante, no tenía compañeros cerca y estaba rodeado de corredores del UAE y del Visma". Solo acompañado por Tobias Halland Johannessen, nada parecía a su favor… hasta que llegó un mensaje de su director deportivo, Matt Winston.
"Me dijo que los chicos iban a volver, aunque creo que me dio tiempos más optimistas de lo real, solo para mantenerme motivado", recordó. La estrategia funcionó: Frank van den Broek y otros compañeros lograron reintegrarse antes de la última subida y trabajaron a fondo para devolverlo a la contienda. Onley no solo sobrevivió a los Alpes, sino que los completó con una madurez y frialdad impropias de su edad.
En palabras del propio corredor: "Después de Suiza sabíamos que estaba escalando bien, pero nunca había hecho puertos tan largos a este nivel. Esperaba romperme del todo. Aun así, estaba en buena forma y sin demasiada presión. Lo fuimos tomando día a día".
Su Tour no se construyó con escapadas épicas ni titulares grandilocuentes, sino con constancia, inteligencia y regularidad. Un aprendizaje continuo en plena competición, donde más cuenta.
Oscar Onley, junto a Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard en el Tour de Francia 2025
Ya desde París, Onley volvió a la acción con un 13º puesto en la Clásica de San Sebastián. Su próximo gran objetivo el
Mundial en Ruanda, para los que se prepara entrenando en altitud en Andorra, simulando las condiciones del recorrido africano. "Aquí estoy a una altura similar a la del Mundial. No todo el mundo puede hacer eso, así que espero que me dé ventaja. Si puedo construir bien mi preparación, creo que puedo dar un paso más que el año pasado".
Compartirá el liderazgo británico con Tom Pidcock, una dupla que podría resultar táctica y letal, o depender, según Onley, de las circunstancias de carrera: "El recorrido también le va bien a él. Viene de la Vuelta, así que dependerá de cómo se sienta. Es un poco como Lieja en el perfil, pero todo dependerá de cómo se desarrolle".
El Tour de Oscar Onley no fue una irrupción estridente, sino una declaración silenciosa y sólida de ambición. En un escenario dominado por gigantes como UAE o Visma, aguantó el pulso con menos apoyo y muchas menos expectativas. Tal vez por eso su historia sea tan prometedora: no ha irrumpido… ha escalado hasta lo más alto. Y Escocia, quizás, ya tiene a su próxima gran estrella.