"Es un poco demasiado": Thymen Arensman, sobre el recorrido del Mundial de Kigali

Ciclismo
lunes, 29 septiembre 2025 en 23:00
Thymen Arensman
En Kigali, mientras Tadej Pogacar escribía historia con su segundo título consecutivo de campeón del mundo, otro relato muy distinto se desarrollaba unas posiciones más atrás.
El protagonista fue Thymen Arensman, líder neerlandés de 25 años que llegaba al Mundial en plena progresión tras dos victorias de etapa en el Tour de Francia y un noveno puesto en la contrarreloj mundialista apenas una semana antes.
Lo que prometía ser una jornada sólida terminó en un abandono doloroso, víctima de calambres que lo dejaron fuera de carrera en las vueltas finales. Arensman compartió gran parte de la prueba con su compatriota Bauke Mollema, integrados en un grupo que peleaba por acabar dentro del top 20, un resultado que parecía razonable y al alcance.
“Creo que lo hice todo bien y estaba en un grupo muy bueno, junto con Bauke”, explicó después en declaraciones a In de Leiderstrui. “Aunque solo pedaleábamos para llegar a la meta y quedar entre los veinte primeros, lo que sigue siendo un buen resultado”.
El golpe definitivo llegó en la subida al Kigali Golf, una pared empedrada que Arensman comparó con el Cauberg de Valkenburg, pero con un plus de dureza por altitud y calor.
“Subí lo que llamamos el Cauberg, la subida al Kigali Golf, y me dieron unos calambres terribles, así que aún me quedaban dos largas vueltas”, relató. “No puedo ir a ninguna parte si tengo calambres. Todavía me quedaba media vuelta, incluida esa subida adoquinada, y tuve calambres todo el tiempo”.
Esa tortura muscular lo obligó a abandonar cuando el objetivo de un top 20 ya se había esfumado. El neerlandés no ocultó su frustración por cómo terminó su día: “Estoy decepcionado, porque todavía me sentía lo suficientemente bien como para estar entre los veinte primeros. Es una pena”.
Thymen Arensman
Thymen Arensman
Aun así, admitió no tener respuestas claras sobre lo ocurrido. “Creo que bebí lo suficiente. Son circunstancias especiales, así que es lo que hay”.
Más allá de la deshidratación, señaló que el diseño del recorrido pudo haber jugado un papel importante en la dureza: “Creo que también es una buena idea hacer dos vueltas más cortas, porque esto quizás ha sido un poco exagerado. Especialmente con estas condiciones y a esta altitud, es un poco demasiado”.

Un Mundial que castigó a todos

A pesar del desenlace, Arensman se negó a culpar a la preparación o al trabajo de su selección. Prefirió subrayar que el desgaste fue universal: “Siempre hay pequeñas cosas, y eso no es lo ideal, pero creo que todos lo sentían en sus entrañas. Hicimos todo lo posible y, por desgracia, para Sam y algunas mujeres, no fue suficiente. No es culpa de la preparación”.
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